La decodificación lingüística de un sueño natural.
Decoder:
La
decodificación lingüística
de un sueño natural.
Escrito gracias el cohihue.
Que desde mi ventana,
veo que aún no se ha quebrado.
Apartado
I:
Lo último que queda es “Democracity” , una pequeña ciudad ubicada en algún rincón del planeta, la idea de un futuro proyectado, idealizado y creado en algún espacio físico.
¿Fue su proyección un experimento social?, abro la duda al lector.
Al igual que su utópica imagen representativa, su construcción es similar. Una enorme esfera de poder en el centro, y unos caminos espiralados que conectan a todos sus habitantes, dejando unicamente espacio para la visión del poder; “El poder existe, es mas grande que nosotros”; Dice un cartel grabado en metal, como si fuese una placa conmemorativa. La fecha, es ilegible.
La ironía de esto, es que dicho futuro seria un supuesto mundo democrático, el nombre de la ciudad lo dictaría. Pensado por y para el pueblo. Sin embargo, lejos estamos de aquella disociación. Sin pensarlo, estamos ejecutando la representación misma de su imagen ilusoria. Hoy, el mundo es visible y su imagen es su propia ilusión y su condena.
Actualmente el humano ha desaparecido. ¿Cómo?.. Si aun lo vemos caminando por Democracity. ¿ No es acaso ese hombre de traje un humano? ; ¿ Y esa mujer joven de vestido ?, se preguntan.
-Son los ecos de sus memorias. - Dice una voz artificial que sale de un parlante holofónico.
-Bienvenidos al museo de la memoria humana – Agrega sin modular su tono.
Nos encontramos en la entrada de dicho museo. Democracity nos abre las puertas y así, nos permite ingresar. Sabemos, o al menos lo intuimos, que este sera un pasaje corto y placentero. Sin retorno, un recorrido vívido, casi soñado, de nuestros antepasados, de nuestros pares, de nuestra especie.
Hoy, por primera vez en casi 3000 años de existencia, las puertas representativas de la ilusión nos dejan paso al entendimiento universal. A la codificación del lenguaje.
Somos habitantes y a la vez, observadores y turistas. Nuestra visita al lugar no es permanente, tampoco pasajera.
¿Que es un museo?, nos preguntamos. Perdón, déjenme agregar antes que las cosas se confundan, el porque de mi iniciativa en tomar la palabra mía y de todos. Ustedes, si, estoy hablando de ti y de otros que en este preciso momento, debido a ciertas limitaciones de la imaginación, o de la energía citólica propia e individual, no llegan a percibirse. ¿Acaso no nos percibimos siempre desde nuestra mirada única? Y es por ese motivo que debo tomar la iniciativa, guiarlos como si fuese Virgilio en esta odisea, que no es al purgatorio, sino mas bien al subconsciente interno. Una oda interactiva entre los lazos internos de nuestra vida, la tecnológica y la naturaleza.
Un museo, puede que no sea nada mas alejado que la reproducción de un sistema de consumo. La mercantilización de una idea, la reproducción de una cultura silenciosa. Es, en pocas palabras, la imagen aseguradora para que un modelo exista y funcione .
El objeto exhibido dice: -Observen, esto soy y esto siempre seré . -Nuevamente leemos una placa que dice en palabras que no son palabras.
Los museos nos muestran lo que quieren mostrar; exhibere (Sacar afuera lo que se tiene). Aquí se oculta la idea posesiva de nuestra ciudad democrática. Lo demás, esta oculto en el fondo de una tierra olvidada, seca y quebrada. Quien cuenta la historia, inventa un futuro y así, gobierna. Dentro del museo, la memoria se reproduce por si misma. Pues es ella, quien llegado el último caso, comienza a creerse su propia historia.
La memoria se reproduce, se recrea en su propia autosuficiencia. Lamentablemente, ligada a los propios limites y parámetros impuestos en Democracity. Su reproducción no puede alejarse de lo que la rodea. No existe lo nuevo, sino mas bien, reproducciones de lo viejo, variables que no dejan de ser, lo que siempre fue.
Antes de nuestro ingreso. Quiero advertirles a mis acompañantes, que me he robado la idea del museo de la memoria humana gracias a un libro. Pero esto no es un plagio, es mas bien una conexión sinérgica de sucesos. Verán, quienes me conocen, sabrán que mi idea lleva años desarrollándose, un lenguaje vivo en forma de códigos ocultos. Entonces, en mi, la aparición de aquel libro, rebeló una interacción metafísica entre mundos conexos. Fue una señal que me dijo: -Ahora, vé y habla. -
Recuerden que para cruzar esta puerta, se nos pide despojarnos de todas las ideas preconcebidas. Es imposible ingresar algo nuevo al museo. Y con “Algo” me refiero a una realidad indeterminada cuya identidad no se conoce o no se especifica. SIVAINVI, que vendría a ser: Sistema de Vasta Inteligencia Viva. Según el legado que nos dejo Dick. Es la protección encargada de desmembrar los Códex en busca de variables que podrían manifestarse en forma de amenaza, o en otras palabras, Virus. Aquí, nos despojaran de nuestra memoria. Sin embargo, para que nuestro viaje funcione, he traído conmigo el mas antiquísimo de los inventos propios de la naturaleza; La cicuta.
- ¿Pero no es peligroso que ingiramos cicuta? - Esbozaste, con temor en tus palabras y en tu cuerpo.
-Olvidate de Sócrates. Una pequeña dosis, primeramente paralizará los nervios sensitivos y motores del cuerpo. Eso provocará una parálisis general. Seguida de un mal estar que no recordaremos luego de que intenten eliminar nuestra memoria. - Argumenté para calmarte.
- ¿Y todo eso porque? -
- Es… Cómo decirlo, una forma de engañar al Sistema y entrar juntos, en el mismo cuerpo. Una especie de error de codificado y clasificación. -
Tuviste que creer en lo que te decía, era la única forma de continuar con el viaje. Leyendo y confiando en mis palabras.
Mientras
nos hacen sentarnos en una cámara de inspección y de
desinformación, una especie de humo nos impregna y aleja los
recuerdos de nuestra propia creación. ¿ Quienes somos si nos
despojan de nuestra memoria?, nos preguntamos.
Para que un
sistema de semejante conformación, funcione, la seguridad por
preservar su integridad es la mayor prioridad. El status quo no puede
alterarse.
Te lo digo en un lenguaje mas simple: -La memoria, tuya, mía, la de otres; Esta prohibida. -
Volviendo al viaje, si aún continuas conmigo, quiere decir que tu Códex presentó la mutación, una anomalía interna de rasgos genéticos que es indetectable. ¿ Porque?, bueno, tampoco te daré todas las respuestas. Sólo puedo decir que la naturaleza tiene sus propias leyes. Y creo, que hay dudas, las cuales solamente la propia percepción individual puede comprender. Ya lo entenderás, aunque supongo que en cierta forma, ya lo entiendes.
Nos sumergimos en humo, denso. Comienzo a toser, aún no me percibes, pero me escuchas. Mi tos es ronca, grave. Tu cuerpo esta delante del mio y delante tuyo no hay nadie. Estamos en un tren sin carriles, parece una calesita mas que otra cosa. Damos vueltas y vueltas. Nuestro horizonte es brillante, blanco y radiante. Su luminosidad, casi que no nos permite observar nada. Misterio, porvenir.
De esa forma, nos quedamos dormidos, ésta, es la puerta secreta que nos separa de ambos mundos. El que dejamos atrás y Democracity.
“Cortina de humo blanco, olor a lavanda. “
Nuestros cuerpos se unen.
Suenan los altavoces anunciando lo siguiente:
- Quien haya extraviado su tarjeta de memoria, por favor, acérquese al puesto de control de la Aduana.
Repito. Quien haya extraviado una tarjeta de memoria, por favor, acérquese a la Aduana. -
Dentro de lo que era la sala de espera. Los pasajeros aguardaban sentados, nerviosos, el futuro abordaje al avión.
-No te preocupes, este viaje es largo. Hay que hacer varios trasbordos. Son formas de despistarnos, métodos para que no podamos localizar la ubicación exacta.- Ésta es mi vos, te acompañara en el viaje, en la lectura, en la interpretación.
El individualismo moderno, era notable, la conexión interna con uno mismo era el limite que remarcaba la enorme brecha que existía entre todos los presentes. No había miradas, no había palabras, sólo silencio e incomodidad.
Nadie se levanto del asiento mientras el personal de la aduana se retiraba con pasos firmes. Llevaste, o lleve, las manos a la cien, para comprobar si tus orejas seguían en el mismo sitio. Ahí estaban. Aquello significaba que todo estaba bien. Aún, mi cuerpo, nuestro cuerpo, no se acostumbraba a dejarme tener el control total. No es que te falte confianza, se que la tienes, es sólo que ceder el control total y soltar, no es tarea fácil.
Luego de unos minutos, la incomodidad y la espera comenzaron a hacerse realmente notables. Algunos de los pasantes se levantaron y caminaron en círculos, otros comenzaron a agitar sus piernas y unos pocos se masticaron los dedos. Siguieron los llantos de algunos niños cansados. Cadenas de sucesos entrelazadas, situaciones que eran en algún punto lejano, compartidas.
Aquellos movimientos, eran la expresión reprimida por el cuerpo. Tu, aún estabas en el banco, observando.
“¿Puedo escribir?”, pensé. Y te distraje.
Por eso mismo no pudiste notar que una joven, de cabello morocho, trenzas hasta la cintura. Vestida con una campera símil cuero con flecos, botas negras altas hasta la rodilla, medias de red. Ojos marrones, mirada atrevida, cariñosa. Nariz pequeña, delicada, solitaria, aventurera. Se sentó frente a ti. O lo que vendría a ser, frente a mi.
“La observe mientras sostenía un cuaderno de hojas lisas en mi mano. Ella me miro y me sonrió. Luego sonreí. Después me hablo y mas tarde me cambie de asiento, o incluyéndote, nos cambie de asiento.”
“Me olvide que me acompañabas, no te voy a mentir. La consciencia y la presencia en el museo me ganaron.”, termine por confesarte.
-También te retrasaron el vuelo? - Le pregunté a la chica joven.
- Si, me quiero matar . - Contestó; Su voz era suave, baja.
- No, no lo hagas. -
Ella río.
-Que grupo te asignaron ? - Me preguntó
-El 2 . ¿A ti? . - Contesté
-El mismo . Que coincidencia. -
- ¿Y que asiento tenes? -
- El 9 A – Me dijo.
- ¿Enserio? … Yo tengo el 9 F . Ambos tenemos ventana. - Quizás si era una coincidencia.
- Eso parece.. Igual, son casi las 3 Am, no vamos a ver nada, es lo mismo – Dijo
- Por favor, Grupos 1 y 2, formen una fila para ingresar. - Sonó una voz femenina por los altavoces.
- Repito … - Agregó
-Creo que ya podemos entrar. - Me hablo.
- De donde venís? - Pregunté
- Del fin del mundo. - Contestó.
- Ah… Estábamos cerca entonces. Yo soy de la Cordillera Sur, el último pueblo de la frontera. -
- Si, conozco… Con mi ex novio estuvimos viviendo allí por casi dos años. -
- Y luego te mudaste al extremo? - Pregunté.
- hmm… - Dejó un silencio y ambos entregamos la tarjeta de embarque. Jamas me contestó.
Busque la tarjeta en el bolsillo, aunque no lo recordaba , allí estaba. ¿ La habías guardado vos?, te pregunte. La misma, era una tarjeta impresa con su Código QR en el centro, nada mas.
Me sorprendió lo rápido que la tecnología había avanzado. Mientras que en mi adolescencia, la información solamente podía almacenarse en códigos de barra, es decir, en forma horizontal con líneas paralelas ( 1 Dimensión ). Ahora, los QR, podían almacenar tanto vertical como horizontalmente su información, ( 2 Dimensiones ) . ¿ Cómo serán los futuros Códex en 3D ? Claramente tendrán que tener profundidad… Eso quiere decir que serán similares a las hojas de los arboles? . Idioteces, ¿Cómo pensaríamos que una hoja es un código de almacenamiento informático avanzado?, me contesté solo a mis preguntas.
“Tiene sentido”, dijiste por primera vez en tu nueva corporalidad.
Sonreí para mis adentros, estábamos empezando a entender como funcionaba esta visita al Museo.
Caminamos en silencio, la fila avanzo muy rápido. La chica joven iba delante y nosotros, la seguíamos.
- ¿Que escribís? - Me terminó por preguntar.
- Sobre mi vida, supongo. Cuentos, ideas ficticias que me suceden o que siento. -
- Interesante. ¿ Tenes algún dominio donde pueda encontrarte y leer? -
- No… no he subido nada todavía. - Le mentí. ¿ Por que ?, pues porque aunque incontables veces compartí mis escritos, jamas los leyeron. La simple idea de frustración me pesaba, prefería obviarla .
Ingresamos al avión. En la novena fila de asientos, ella doblo a la izquierda y yo a la derecha. Cada fila estaba conformada por 3 asientos. La gente continuo ingresando por el pasillo. Guardando sus equipajes en los maleteros. Nosotros intercambiamos un par de miradas y cada uno volvió a lo suyo.
Cuando nos dimos cuenta que nadie mas se sentó en los asientos que nos separaban, ella me miro, me invito a que me moviera de lugar, sus ojos lo dijeron todo sin decir una sola palabra.
Agarre la mochila de mano que llevaba, mi abrigo y me senté a su lado.
-Hola . Mi nombre es Ubik – Dijimos, presentándonos.
- Un gusto, soy Sol . - Nos contestó
“Tenemos que continuar con nuestro viaje”, mencionaste en mi mente.
Era claro que las distracciones serian muchas y de gran intensidad. Te escuche, tenias razón y aunque quise quedarme sentado, por impulso animal, supongo, cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí, nos encontrábamos de pie, con los bolsos en la puerta del Hostel. Habíamos hecho la reserva unos meses atrás, antes de nuestro ingreso al Museo. ¿ Quien de los dos había reservado?, daba igual.
El barrio en esta zona, era conocido por su arquitectura mutante. Es decir, que su tendencia en estilos iba desde el neogótico hasta el modernismo. Una fachada arcaica de color azul y unas rejas con un timbre llamativo nos invitaba a tocar y dar señales de nuestro arribo. Eran las 5 am, aun no habíamos pegado un ojo en toda la noche.
- Buenos días, Tangerine Dream. - Reprodujo una voz artificial de un parlante que no pudimos divisar.
- Que tal? .. Tengo una reserva. - solté como queriendo ser escuchado.
- A nombre de quien? - De nuevo la misma voz, extraña.
- Diego . - Dije.
La puerta de rejas hizo un zumbido y se abrió. Entonces ingresamos.
El secretario de la entrada nos recibió, nos hizo llenar un par de papeles, terminar de cancelar el pago de la reserva y nos dio una charla introductoria del lugar. Se hicieron las 6 am. Ya no quería escucharlo mas. Y el, supongo que aburrido, tenia ganas de conversar.
-Gracias. Necesito irme a acostar. - Solté en palabras.
- Claro… Habitación 4 , cama 3 . - Respondió.
Mi cuerpo se movió sólo, por inercia. Llegamos al cuarto, dejamos los bolsos en una esquina. Subimos a la cama y nos dormimos. ¿ Aún seguías acompañándome en el viaje?, pensé. Dude por unos instantes, pues tu presencia comenzaba a disiparse. A medida que mas avanza el tiempo dentro de Democracity, uno llega a ensimismarse del resto, se vuelve a sus adentros y no reconoce nada mas que su propia sensación corporal. Tenia que mantenerme lucido y atento.
Me dormí, o nos dormimos, da igual como se diga. Cuando el sueño llega, todo lo demás desaparece. Dudas, incertidumbres, respuestas… Todo se disuelve como humo, en una cortina de estrellas.
Apartado II:
El despertador sonó y me levante. Mire la hora, eran las 9 am. Solamente había dormido 3 horas… ¿ Era suficiente? , No estaba cansado, así que supuse que si.
En la habitación compartida, las otras 3 camas estaban vacías. Seguro ya estaban todos en el piso de abajo desayunando. Aproveche esa soledad para acomodar mis bolsos, la ropa. Darme una ducha y cepillarme los dientes.
Revise todas las pertenencias que trajimos, pues no recordaba bien que era lo que habíamos guardado.
¿Nos abran dejado entrar todos los objetos del mundo exterior?, supuse que si, aquellos que no produzcan alteraciones en los códigos genéticos de la ciudad, no deberían ser una amenaza.
Revisando las cosas, encontré el termo y la bolsa con yerba. Luego apareció el mate y la bombilla. Teníamos todo puesto en la mesa. Me senté, saque el cuaderno y proseguí tomando notas de mis memorias.
En ese momento ingreso un joven, de cabellos rizados, nariz prominente y ojos grandes.
- Hola hermano . - Comentó
- Que tal? - Contesté.
- Soy Mathi… Un gusto – Dijo y extendió su mano para presentarse.
- Ubik, un gusto. -
- Estas por hacer un mate? - Preguntó, mientras de alguno de sus bolsillos comenzaba a salir un aroma a flores.
- Si… justo iba a calentar agua. -
- Podría sumarme y tomamos unos ? - Menciono.
- Dale… Estaría bien. -solté
- Si te parece voy a buscar agua. - Dijo.
Le alcance el termo y se alejo del cuarto, en dirección a la cocina. Aproveche ese lapsus para terminar de concretar mi idea.
Cuando Mathi regreso me preguntó lo mismo:
- Que escribís? -
- Estoy intentando atrapar el conocimiento. Los recuerdos de mi memoria humana - Contesté sin pensarlo mucho.
- Te dedicas a escribir? - Preguntó
- No… no. - Contesté con ganas de haber dicho lo opuesto.
- Soy constructor. Hago casas . ¿Y tu?– Agregué.
- Yo soy minero. -
- Pensé que ya no usaban mas a los humanos para los trabajos de minería. -
- Bueno… no es como antes, ahora tenemos mucha maquinaria, pero si, seguimos siendo muchos los que trabajamos en eso. -
-Y vos en que sector de la minería estas? - Continué preguntando.
- En la planta… Control de calidad y revisión de equipos. -
- Que locura… Perdón la pregunta, pero: ¿ Que tipo de minería hacen?-
Mathi dejo un breve silencio, mientras pensaba que contestarme, serví un mate y lo tome. Luego le cebe uno y se lo alcance.
-Sacan Litio, cerca de las salinas. - Dijo en tono seco y firme
- Trabajas para una de esas empresas Chinas? - Pregunté, casi como abriendo un cuestionario.
- Si, trabajo para Tibet . -
-No… que loco. ¿ Y como son las condiciones laborales allá? . -
- Pues son horribles hermano. - Agregó mientras tomaba el mate que le alcanzaba.
- ¿Enserio? ¿Y porque trabajas ahí? -
- Y es que la paga es muy buena. Ademas trabajo 15 días y luego me dan 15 días libres. Por eso es que estoy aprovechando a visitar el Museo, quiero entender nuestra memoria. -
-Comprendo… Supongo que en cierta forma a todos nos pasa algo similar. Buscamos otra forma de vivir, pero para llegar a eso hay que formar una estrategia. ¿No?-
-Si hermano, es muy dificil. Yo no quisiera pasar muchos años mas trabajando para Tibet, pero ahora necesito conseguir la paga, cancelar unas deudas y pensar en algo. -
- ¿ Y trabajan muchos Chinos ahí?- Pregunté.
- Esta lleno… Es muy fuerte eso. Tienen una forma totalmente diferente a la nuestra de vivir. Ellos por ejemplo trabajan 360 días y luego descansan 1 mes. Y tampoco se quejan tanto de las condiciones laborales. Por ejemplo, en este cuarto donde ahora dormimos 4. Allí, en la minera, pueden dormir hasta 15. Tiran colchones por todos lados, no les importa nada. Son muy sucios. -
- Y la seguridad como es ? -
- Bueno, pues esta la seguridad Minera. Son unos tipos muy duros. Por lo general no te dejan hacer nada que no sea trabajar. Te das vuelta y enseguida tenes a uno de esos tipos encima tuyo. Lo peor es que te habla en Chino, osea que no le entendés un carajo. Es rarisimo. -
- Y te permiten hablar de la minera cuando estas afuera? -
- Bueno si, te hacen firmar un acuerdo de confidencialidad. Pero después no hay nada muy misterioso, al menos, nada que alguien con un poco de conocimiento no pueda encontrar en la Web.-
“Si le hacen firmar un acuerdo de confidencialidad, su mente consciente ya esta bloqueada”, me dijiste.
Seguimos tomando un par de mates y hablando del tema.
¿Lo estará vigilando la policía Minera?; ¿ Lo perseguirán?, preguntaste. No hace falta, reflexione para mis adentros, suponiendo que me podrías escuchar. Él mismo sabe que luego de visitar Democracity, volverá al trabajo, porque aún no conoce otra forma de vivir, de expresarse. Su figura lo dice todo; Es un animal enjaulado.
-Hay una fiesta de baile a la noche. - Dije.
- ¿Ah si ?, ¿ Quien toca? -
- Se llama La bomba del tiempo. Yo seguramente vaya, si tenes ganas, te podes sumar. -
- Buenísimo, pasame tu número y coordinamos un encuentro. Y ya que estamos, cambiando de tema, ¿ Querés fumar? - Me preguntó.
- Si claro… Me gustaría. -
-Vamos a la terraza . - Agregó y subimos
Nos dirigimos al tercer piso, saco de su bolsillo un armado que tenia y comenzamos a fumar. Me paso su celular y le agende mi numero.
- Escribime mas cerca de la noche y te paso la dirección del lugar. - Dije
Comenzamos a relajarnos. Nuestros cuerpos sintieron el pegue de la Marihuana y cuando Mathi se fue, nos quedamos nuevamente solos. Entonces me acordé del viaje que estábamos haciendo, del Museo. Comencé a observarlo como quien mira por vez primera su vida atraves de un vidrio empañado.
Los altos edificios cubrían los horizontes lejanos. La bóveda celeste abarcaba toda la periferia. Y mis pensamientos se entremezclaban con los tuyos.
“Que pensás cuando observas la Metrópolis? “, me preguntaste, mientras mi rostro giraba circularmente y mis ojos no se posaban en ningún lado.
-Pienso que estamos cerca del final. - Te dije.
“El final de nuestra especie?” , Seguiste preguntando.
-Si, el final de todo. Creo que este viaje es un recorrido por nuestra última memoria. Ya sabes, mira esos altos edificios. ¿ No te parece demasiado? . ¿ Cuantas personas habitan ahí dentro? . ¿No sucedió siempre en las antiguas civilizaciones, lo mismo? ¿Cuando alcanzaron su momento de mayor apogeo, no desaparecieron? .
“Aún no comprendo de que va este viaje… “ Soltaste, con duda.
- Es sólo un viaje. - Te dije y me pegue la vuelta para el cuarto. Debía cambiarme y salir a recorrer las calles de la ciudad.
Al cruzar las rejas del Hostel y luego de caminar dos cuadras por una calle en diagonal. Me encontré de frente con una escultura de Ramsés. Los autos pasaban a gran velocidad por la calle de atrás. Él, le daba la espalda al mundo, al humano, su mirada estaba puesta en mi y yo, lo único que podía hacer, era darle ese lugar de presencia. Ojos negros, como de piedra, duros y secos. La gente comenzó a pasar a mi alrededor, casi como si mi cuerpo se hubiese detenido en el tiempo.
Ramsés,
no era mas que un objeto de detención temporal dentro del Museo. Una
muestra existente y devorada por aquellos que buscaban sustentar un
modelo de consumo, de pertenencia. Él era la encarnación misma de
la figura que demostraba la teoría de que el poseer cosas, es
posible. Por eso lo exhibían, por eso lo habían profanado de su
muerte.
!Miren!… Acá esta Ramsés, es eterno al igual que su
reino. Era lo que decían las estúpidas propagandas radiofónicas.
De reojo, casi como si fuese un reflejo, percibo que del otro lado de la calle , hay una escultura de un Nativo. Me olvido de Ramsés y todas sus absurdas posesiones, le doy la espalda y sin mirar cruzo la calle. Suenan las bocinas, siento el contacto fino de las aleaciones metálicas aproximarse a mi cuerpo. No me tocan, sin saber como, las esquivo.
- ¿ Sos pelotudo ? !! - Exclama la voz de un tipo enojado.
No me importa su palabra, no lo miro. Tenia razón, pero el encuentro con un ser ancestral era prioridad en mi mente, me olvide del mundo moderno, de sus cuidados. Ansiaba un encuentro, una respuesta. Y tu, querías que te enseñe lo mismo. No me olvidaba que estabas conmigo, por momentos si, pero por otros, te tenia presente.
Me encontré a los pies de su figura, desgastada, oxidada. Había ciertas rajaduras en el molde que lo formaba y varias intervenciones de pintura en forma de Tags, o rayadas de aerosol. Stickers, que vendría a ser lo mismo que una reproducción de la contaminación plástica.
-Hermano – Solté en voz baja, triste.
La creación de una ley universal ( Una maldita explicación que intentó abarcar todo), fue la causa de su desaparición y de su exterminio. Su existencia era la prueba suficiente que denotaba lo absurdo de la existencia única de un modelo. De que es imposible deshacernos de la idea misma del vacío, de la nada. Ellos y ellas, hijos de Terra, antiguos y antiguas pobladoras. No solo eran los guardianes de la Pacha, sino que también eran, los que existían con el único propósito de demostrarnos lo absurdo de nuestra producción universal. Su sola presencia, era la forma de explicar el acontecer de la historia, de la creación, del humano y de su memoria.
Unas lagrimas brotaron de las cuencas de mis ojos, de nuestros ojos. Lloramos de dolor, de ira.
Luego le dimos la espalda, al igual que todos en Democracity, para continuar con nuestra visita al Museo.
Podíamos ver, porque con mis ojos, la imagen te llegaba de forma directa. Cables y tensores eléctricos que eran como venas de un cuerpo inmenso, recorriendo las calles. ¿ Cómo no había percibido antes semejante tejido vascular?, te preguntaste. Es normal, te dije. No estamos acostumbrados a visualizar lo que tenemos a simple vista. Creemos que la verdad esta oculta y sin embargo, la tenemos explayada frente a nosotros.
¿Que estamos haciendo?, ¿ A dónde van nuestras vidas, nuestro propósito?, indagaste.
Es absurdo querer contestar eso, como lo dijo Camus. Todo, es un caos absurdo.
La artificial creación de nuestro sistema, llevo a la ofuscación de lo antiguo, a revivirlo como si aquello simplemente fuese una visita y una vestimenta, una caracterización teatral, simbólica. Ahora, repetimos. La creencia por el dominio y el progreso llevaron a la conservación amorfica y eléctrica a mutar, por sobre otros seres. Todo se definía en consumos energéticos. La demanda aumentaba, por ende, el consumo debía ser mayor. Mas extensión, mayor producción, mas consumo, mas repetición y así, cíclico; Una espiral que se retroalimentaba.
El carácter dual y dicotómico de la sexualidad, me llevaron a tener que elegir un puesto. Sin saberlo, claro. Hasta ese momento no me di cuenta de la enorme división que nos forjaron. Las ideas preconcebidas y preestablecidas, fueron los filtros que en mi vida, determinaron las visiones y los pensamientos energéticos que dentro del Museo, realizaba. Por eso es que quizás mi viaje, nuestro viaje, te confunda. Y es normal, pues es para mi, todo un desafío querer mantener una suerte de consciencia que esta nublada, distraída. Y es así, que confieso mi único. El cual es demostrarte lo inútil de mis acciones. De que por una suerte de entendimiento transmitido, comprendas, al igual que lo comprendí yo en su tiempo. La importancia de continuar con la misión; Que es la transmisión de mi memoria, nuestra memoria.
Quiero decir con esto muchas cosas, primero los encuentros no son casuales, sino causales. Una mirada, una palabra, la dirección en una forma física y energética de propuesta, intenciones. La página de un libro; Un beso.
Nada surge de la nada. Pero muchas cosas, surgen de una pequeña intención.
“¿ No seremos todos acaso Andrógenos? “, preguntaste, dándome el recuerdo de que aún seguíamos en viaje y yo, era el guía.
Continuamos andando. Mi cuerpo sintió hambre y me detuve en una cafetería. Pedí un cortado con leche vegetal y me senté al lado de un joven que tenia una computadora puesta en la mesa y unos auriculares en sus orejas.
-Te gusta la música? - Me preguntó, casi como queriendo acercarse.
- Si, claro. -
- Mira, te voy a mostrar algo que estoy componiendo. - Agregó
-Vale … - Dije
Me puse los auriculares y me quede escuchando, mientras observaba por una ventana el movimiento de la ciudad. El joven desplegaba en la pantalla una serie de pistas con todos sus fragmentos y composiciones.
Era música electrónica. Estaba intentando entrar en los códigos del nuevo lenguaje, me di cuenta enseguida. “ El arte no existe. Pero aún, existen los artistas”, dijiste.
Me recordó a Klaus Schulze. Mientras en mi mente sonaba la música, el resto de la Humanidad pasaba. Yo, observaba directamente a sus ojos, a los ojos de todos que era lo mismo que mirar los ojos del mundo. Una composición del peso de la mirada total. Del amor, de la angustia. Ojos de cristal, ojos de barro, de fuego, de sexo y de dolor. Aunque nadie nos veía, estábamos ahí, existíamos.
Una chica joven, de la cual no llegue a percibir su rostro, me dejo el café en la mesa y volvió rápido a sus actividades.
- Gracias – Solté sin escuchar mi propia voz, pues la música estaba fuerte.
La pieza termino luego de unos minutos, me quite el auricular y se lo devolví. El músico no dijo nada, tampoco espero a que yo le diga algo. Volvió a colocarse los auriculares y continuo con su obra.
Hubiese querido decirle algo, realmente me hizo sentir muchas cosas, pero hubiese sido en vano, supuse que sólo necesitaba sentir que era lo que le sucedía en otra persona al escucharlo. Ahí entendí el peso del arte, su huella.
En frente nuestro, es decir, detrás del vidrio de la cafetería, se observaba la entrada al subte. Una red subterránea de carriles conectados. No se porque, pero automáticamente me puse a pensar en los sistemas de drenaje de la ciudad, también bajo tierra. ¿ Cómo funcionaran?, ¿ Te podes imaginar semejante ingeniería?. No solo la súper-estructuración, sino que la hiper-masividad de todo lo que creamos. Límites, ¿ Quien los pone?;¿ Se puede seguir reproduciendo este modelo?.
“¿ No es acaso en los límites, donde todo termina?”, Meditaste conmigo.
Me bebí la tasa de café muy rápido, casi que no me dí cuenta cuando la terminé. Me siento ansioso. El Museo empieza a pesar en mi cuerpo. Estoy seguro que podes percibirme, mis limites, mis dudas, mis quiebres. Pienso que cada vez te escucho mas lejos, como una voz que se esta apagando; ¿ Sera verdad ?; ¿ Sera un pensamiento? .
Me pongo de pie y voy directo a la caja a pagar el café. Me dicen que en la mesa hay un código QR que debo escanear y pagar desde la APP.
-¿Cómo? - Le pregunto.
- Si señor. En su mesa esta la imagen de un código que debe escanear y abonar desde su dispositivo móvil. - Repite la mujer. Ahora le veo el rostro, creo que esta triste, desmotivada. Ella no sabe lo linda que es, lo importante que es para mi. Si me hubiese sonreído, le hubiese dicho que es hermosa, que me gustaría besarla. Se hubiese asustado, o me hubiese dicho que si y a la noche nuestros cuerpos se hubiesen encontrado en el Bar de la esquina, tomando y fumando, comiéndonos con la mirada, chocando nuestras rodillas para sentir una proximidad corporal. Y luego, cuando la noche tardía nos pese en el cuerpo, nos miraríamos los labios, ninguno se animaría a besar al otro, pero eso estaría bien. Es justo lo mas lindo, el deseo latiendo, la incertidumbre de la muerte próxima o de la vida eterna, un beso o nada. ¿ Que es mejor? Vamos por nada, porque nada es todo y en ese abismo nos caemos, se nos suelta el corazón, corremos, volamos, bailamos de formas estúpidas para intentar sostenernos y nos reímos a carcajadas porque comprendemos lo inútil de todo. Hacemos el amor en la mente, nos deseamos. Te das vuelta para irte y te agarro el brazo. Te asusta, me asusto. Me besas, te meto la mano en el pantalón, metes tu mano en mi boca, te chupo los dedos; Buscamos una esquina, nos desnudamos hasta las rodillas, con fuerza, con velocidad, las mismas chocan, suenan. Sentimos que se nos acaba la noche, el tiempo, la vida. Me agarro el sexo con la mano, me tocas, me éxito, quiero entrarte. Me succionas, no me soltás, gemís y yo grito. En la calle hay vapor que se filtra de un restaurante nocturno. Dentro, unos viejos Chinos cocinan y escuchan un programa que no se entiende nada. Los ojos de un borracho que nos mira mientras pasa en un taxi y recuerda sus hazañas de joven. Sus caserías, sus cortejos. En la ventana del piso 5 del edificio de la otra calle una señora que no puede dormir porque sus pastillas ya no le hacen efecto,nos mira, se excita, se toca; Comienza a llorar. En el mismo piso, pero en la habitación de al lado, un niño que se despega de la pantalla táctil de sus videojuegos nos mira, siente vergüenza de nosotros, cierra la cortina. Pero nosotros estamos tan plenos, tan eternos, no nos importa el mundo, no nos importa siquiera nosotros mismos, pues comprendemos que la vida es otra cosa, que la promiscuidad es fuerte y que la energía, lo único que quiere es transformarse.
Estamos
en una jungla salvaje.
Me limito a agradecerte por tu atención.
Tu mirada entendió todos mis pensamientos, todas nuestras
posibilidades. El miedo nos ganó y el Código era una norma
establecida que debía ser respetada, pagada.
-Maldita deuda- Pienso.
¿ Que pasa si me escapo?, Tenían mis datos, la conexión semántica que comparte mi perfil al ingresar y al salir. Check In, Check Out. La cuenta se hubiese debitado al día siguiente y encima con un importe mayor. Ya no se puede escapar de las deudas. Hemos firmado el puto contrato.
¿ Y que pasa si entramos sin perfil?, me preguntaste.
La puerta no se abriría, te dije. Ademas. nos mirarían raro, nos empezarían a dar monedas o nos dirían que no quieren comprar nada. Automáticamente nos convertiríamos en los exiliados, los enajenados. Los desechos de una sociedad que no funciona.
-Mirenme, mirennos ! - Gritaría… Pero no hay ojos para los desechos de la sociedad individual.
Volvemos a la mesa, el chico continua produciendo, su mirada no se inmuta. Me siento y saco el celular. Cuando escaneo el código una publicidad se filtra y me descarga una App para conocer gente. Veo como la barra del porcentaje de descarga aumenta, si quiero puedo cancelarla, pero no lo hago. Pienso que tal vez este bueno conocer personas dentro de Democracity.
“¿Te sentís sólo?”, preguntaste. No quise contestarte, obvie tus palabras.
El mundo de la información codificada se explayaba frente a mi rostro. La imagen virtual de los paquetes de datos que viajaban como hondas, no por los cables, sino que por el campo electromagnéticos que se generaba alrededor de ellos. No se podía evitar, estábamos sumergidos en aquella atmósfera densa de datos informáticos. Y no había escape.
Una pestaña con varias salas se abrió en la pantalla, seleccione la que decía: “Entregate al amor”. Aquello me recordó a mi vida en el exterior, las salidas al barrio chino, los rituales de comprar las galletitas de la fortuna y las risas por sus supuestos mensajes.
“Estas recordando”, dijiste. Y no sé porque me asuste. Cerré la App y pague la cuenta con el maldito código QR.
Heche una última mirada a la cafetería, nadie nos vio, todos y cada uno de los presentes estaban absortos en sus ideas, sus proyectos, sus tareas.
Cuando cruzo la puerta de salida me llega un mensaje de texto. El celular vibra.
-Soy Florian – Decia, como queriendo presentarse.
Debajo del mensaje había un cuadro con varias imágenes para ver y una descripción resumida de sus intereses. Los miré:
“Transgenero, hombre. Comida vegetariana. Amo los gatos. Vinito. Prefiero la noche y los encuentros en persona.”
El celular volvió a vibrar, otro mensaje de Florian:
- Tomamos un vino? - Proponía.
Es un Andrógeno que esta luchando contra las fuerzas opresivas del sistema. Al igual que los antiguos Nativos, pensé.
-Claro . - Contesté.
Me excitaba la idea, ¿Curiosidad?. No lo sabia.
Que valentía la de escuchar el cuerpo, romper los estigmas. ¿ Pero que pasara una vez que esto se establezca?; ¿ Nacerá una nueva fuerza interna? . Olvidate de lo sexual, esa atracción ya no existe, no es necesaria. Al menos, no aquí dentro del Museo.
Vuelvo al recuerdo. Una vida fuera de Democracity. Tu no estabas, me encontraba sólo cuando la conocí. También fue mediante una de estas aplicaciones de parejas. Su nombre era Pam. Su voz, fue la mas dulce que escuche en toda mi vida, su bondad superaba cualquier limite y su rostro, era el mas delicado. Tenia en la piel, los rasgos de una sangre nativa, de trabajo y de entrega por la tierra.
Cuando la conocí, me sorprendió que cargara con tanta ropa puesta. Hacia calor, no tenia sentido.
Fuimos a caminar por el parque, nos contamos nuestras historias de la infancia. Compramos un chocolate y luego fuimos a cenar a un bar chino. Terminamos tomando vino y jugando a las cartas hasta bien pasada la noche. Nos divertimos mucho.
-Por favor, una mano mas, no te vayas, me estoy divirtiendo. - Me dijo.
Yo me sentía muy borracho para seguir jugando. Ademas me daba un poco de miedo perderme. Era nuevo en la ciudad, aún no sabia bien como manejarme sin ayuda de un GPS. Y mi celular estaba por apagarse.
- Porfa… - Volvió a decir. Me convenció. Tampoco quería irme igual. El deseo por estar con ella era fuerte, mas fuerte que poder encontrar el camino de vuelta a casa, pensé.
- Con una condición, - Dije .
- ¿ Cuál ? . - Pregunto mientras se acercaba a mi rostro.
- Si gano… me tenes que leer un poema. -
-¿ Y si yo gano? - preguntó
-¿ Que quieres que haga por ti? . -
- Me cocinas . - Dijo sin sutilezas.
- Hecho . - Nos dimos las manos y de nuevo mi impulso animal por sentirla, me ganó. La mente o mi sexo se excitó y aquello era una amenaza para terminar la partida. No podía distraerme o perdería.
Pedimos unas copas más y continuamos jugando. Termine ganando la partida. Ella se enfado un poco, su cara lo dijo todo.
Pagamos la cuenta y salimos a dar una última vuelta. Recuerdo que pensé acerca del Deseo. ¿ Sera esa energía la fuerza motora de la vida? .
- Porque estas tan abrigada? … No tenes calor con tanta ropa? - Termine por preguntarle ya estando mas suelto y verborrágico.
- Es que no quiero que me miren, no me gusta . - Respondió.
Claro que aquella sensación por mas que la entendiera racionalmente, jamas podía procesarla mediante mi cuerpo.
Pasamos por la puerta de otro bar donde se escuchaba música. Un jazz.
- Entramos a bailar un rato? - Le dije.
- Si. -
Al fondo, en una especie de tarima se podía ver una banda de barrio, tocando una especie de fusión.
Nos acercamos, habían varias personas, las luces estaban bajas. Comencé a bailar suave, dejando que mi cuerpo se libere.
Pam se acerco al rato y comenzó a moverse también.
- Acá podes sacarte esos abrigos, nadie va a mirarte y así podes bailar mas suelta . - Le dije.
Sonrió y se saco lo que llevaba, mostró así su cuerpo, delgado, sus hombros planos, su cuello liso y estirado. Era hermosa, joven. De contextura pequeña.
Mis manos cada cierto tiempo se enroscaban con su cuerpo, sentía su calidez, su suavidad.
- Te avergüenza tu cuerpo ? - solté en un momento que estábamos acercándonos. Quería indagar en mi intuición, siempre quise hacerlo y de hecho, es un detalle que me llevó a entender lo que existe fuera, en otros cuerpos.
- No. Bueno, un poquito. Es que no quiero que me vean como un objeto sexual. - Termino por declarar.
En ese momento entendí. Vi sus traumas, sus miedos, sus vivencias pasadas. Quise gritarle a la vida, enojarme con algunos que se cruzaron en su camino. Pero no podía hacer nada, era su pasado.
“Ey! … Estas recordando de nuevo . “ , Mencionaste y todos los que estaban bailando a mi alrededor me miraron. (Aquello fue un impulso como un querer despertar del sueño. )
- ¿Pam ? - Le pregunté. Su cuerpo estaba de espaldas, era la única que no me miraba.
Sentí el peso de mi presencia, un miedo por ser observado.
¿ Estoy aún en el recuerdo o esto esta sucediendo ahora? . Me pregunté, nos pregunté.
Escuche tu voz que decía: “ Vuelve… “
Vi muchas mujeres a mi alrededor, la pista estaba llena de ellas. Todas me miraban. ¿ Que pasaba?, me pregunté, me invadió el temor.
Me puse a pensar en el porque de mi atracción sexual hacia ellas y no hacia los hombres. Sentía que sus cuerpos energéticos eran un vórtice que me aspiraba, un lugar de succión. Sentí que tenia algo delicado en mis manos, una especie de objeto que no era material y que sólo una madre podría nutrir. Era una especie de necesidad, una búsqueda de supervivencia. ¿Estoy muriendo?, ésta es mi prolongación, permiteme continuar, no me dejes, por favor… Yo, no podía resistirme a soltar mi cuerpo, mi tiempo, mis palabras, mi amor. Eran ellas, las dueñas de una puerta secreta, del cruce misterioso a un mundo desconocido para mi y para mi especie.
Ellas, eran lo sagrado y yo, la tierra sucia que lo único que quería era continuar viviendo, un ser egoísta que temía morir. Permitanme ingresar al mundo prohibido, no anhelo nada mas, quiero ser parte tuya. Dije, o lo pensé, no lo recuerdo.
- ¿ Pam? - Pregunté de nuevo.
Entonces la música se detuvo de golpe, sentí un dolor de cabeza muy fuerte. La vista se me borro unos instantes. Y de pronto, estaba de nuevo parado frente a la estación de subte.
- Amigo, estas bien? - Era la voz del músico que estaba en la cafetería.
Aún seguía con los auriculares puestos. Parpadee un par de veces y le dije:
- Si, solamente estaba recordando un poco mi vida . - Contesté
- Recordando?…. Que extraño . - Dijo y luego se dio media vuelta y se alejo.
Di unos pasos temblorosos, me agarre de una baranda fría y baje por la escalera.
Me encuentro en el subte, rutas debajo de la tierra. Escaneo el celular y automáticamente se abre una puerta y me permite ingresar. Las personas acá se mueven rápido, no dejan de mirar el suelo, pensativas.
Llégo al anden y espero. Al fin escucho el peso del silencio, nada mas. ¿Es esto lo más grande?, me pregunto.
Luego de unos minutos llega el subte y se detiene. Todos ingresamos. El anden vuelve a quedar vacío. Es un proceso de limpieza constante.
Encuentro un lugar libre y me siento. A mi lado se sienta un trabajador, viste pantalones azules gruesos y desgastados, tiene un buzo con alguna marca China, todo pintado, ilegible. Su piel esta cuarteada por el trabajo exterior, su rostro es grande, sus ojos pequeños. Tiene el pelo desaliñado y una cara de malo, expresión seria de agotamiento. Su rostro parece decir: “No me digan nada, que nadie me hable. Estoy enojado. No me rompan las pelotas” .
Entonces observo sus manos, pues saca un libro de su bolsillo y me sorprende. ¿ Porque me sorprende?; ¿ Acaso los constructores no leen?. ¿ No fui yo durante muchas vidas un constructor y lector?. Claro, eso fue antes de entrar al Museo, en algún pasado; Lo recuerdo.
El hombre que lee, esta fichado, tiene las marcas de un tatuaje cultural. Una especie de tribal que le recorre desde el pulgar hasta el antebrazo, las líneas se pierden debajo de la ropa. El color de la tinta esta gastado, es casi azul, hecho a mano. ¿ Tatuaje de cárcel?; ¿ O de barrio?, pienso.
Las marcas que nos dejo la última guerra silenciosa, que fue la de la propaganda y la de la imagen, nos trajeron los estereotipos tecnológicos. Las ideas impuestas e ingresadas en los individuos, la conglomeración artificial, la reproducción. La autoexplotacion, la autoexigencia; La autoinsatisfacción y la enajenación propia.
Puedo imaginar su creencia, las palabras del sistema diciendo:
- Estas son las marcas de los héroes. - Y así tanto el y otros, lo creímos. ¿ Porque nos mentirían?, jamas lo pensamos. Confiamos a ciegas en los poderes mas grandes. En quienes tomaban supuestas decisiones de verdad, mientras nosotros, los ignorantes, los simples, los que son montones y sobran en la tierra, simplemente andan y escuchan; obedecen. Pues no servimos para nada, ¿ No es así?. A la mierda con ese pensamiento. Somos la revolución, somos la sangre misma, somos la ética y la moral, la justicia y la ignorancia que debemos erradicar y corregir. ¿ Saben que?… Si, somos los Héroes y las Heroínas de un mundo desbastado y podrido por la carrónea que nos gobierna.
Ahora que veo sus manos, grandes. Observo la tinta de la cárcel, producto de un cuerpo rígido, agobiado, cansado. “¿Hace cuantos años que no lloras?”, me preguntaste, como queriendo dirigirle a él la pregunta.
Observé la tapa del libro: “William S. Burroughs. La revolución electrónica.”
El trabajador se percató de la intención de mis miradas. Cerro el libro y me miro fijo. Había invadido su espacio, su tiempo. Me sentí un poco incomodo, con miedo. Vos sentiste lo mismo, estoy seguro. Si yo lo sentía, tu cuerpo astral que estaba impregnado en esencia al mio en este viaje, también podría percibirlo. Era la alerta de la amenaza, el instinto animal avisando de que quizás no debíamos molestar a este hombre.
-¿ Sabias que según Burroughs, el lenguaje es un Virus? - Me preguntó, como queriendo ver si comprendíamos los códigos ocultos de su expresión.
Esa pregunta, fue con doble sentido. Si contestaba que si, estaba develando que no estaba sólo y que en este viaje me acompañabas. Aquello podía llegar a ser una amenaza para las autoridades. Si decía que no, automáticamente el sujeto volvería a su lectura y no podría volver a abrirse por un tiempo. ¿ Vos te das cuenta de la dificultosa tarea de poder abrirte de esa forma?;¿ viviendo una vida pesada, consumida en tiempo agotado, caducado? . Nos pregunté a ambos. Esperaba que me respondieras, me había agarrado por sorpresa y no sabia que decir.
- El lenguaje es un sistema de Signos. - Termine por contestar.
- Si, y el símbolo es la forma de exteriorizar un pensamiento o una idea. - Agregó.
- El registro es la trascendencia propia de los símbolos. -
- Nuestra mente es un disco duro, orgánico, que almacena el registro en forma de códigos.-
- ¿Cumplirá el símbolo, en lo que respecta al lenguaje, la misma función que la proteína cumple para el cuerpo? - Pregunté.
- Tengo que confesarme, soy un Grabador. - Expresó el trabajador.
- ¿ De que tipo? -
- Tipo 1 -
“Sos consciente del grado de exposición que estabas haciendo? . “ Me preguntaste.
Tranquilo, mi sentido de supervivencia no se alarmo. Algo me decía que si este sujeto estaba revelando su debilidad mas interna y cierta información secreta del código, era porque sabia que no podían percibirnos. Nadie expondría de esa forma sino, la verdad oculta.
-Desde la conexión H hasta la B del subte, existe una brecha de sobrecarga informática. Eso quiere decir que no pueden captar las hondas de nuestro intercambio lingüístico. Te aviso para que te quedes tranquilo. Lo tengo todo estudiado. - Dijo el hombre, casi como leyendo nuestra mente.
Era probable que con él, también este viajando otro acompañante igual a ti. Quizás en otra forma temporal. Otro ser que buscaba los medios de volver a ingresar en el Museo y recordar el propósito de su existencia. No estoy seguro, esto es algo que solamente vos podrías percibir, escuchando el sentido interno que te guía. No mi cuerpo, ni mi mente, sino tu existencia, tu verdad.
- Sos un decodificador, sabias? - Dijo mientras giro su cuerpo y me miro fijo.
Dentro del vagón, todos estaban absortos en sus propios micromundos, nadie nos prestaba atención. Nuestra charla, que iba entre líneas, era una conexión lingüística e interna en respuesta a una introspección compartida, simbiótica.
- ¿ Como puedo hacer para librarme del lenguaje, de lo simbólico? - Pregunté, buscando una respuesta. Y quizás fue en ese momento que ambos, tu y yo. Comprendimos el porque de la visita al Museo. Tu tendrás tus propias razones, tus búsquedas personales. Y yo, las mías. Empero, en su raíz primitiva, se comparten.
- Estamos en un proceso ilusorio de democratización . Lo único que hacemos es perpetuar dicha ficción. El tiempo no existe, no avanza en un sentido lineal. La teoría del progreso es una farsa, un producto de venta.
No se puede hacer otra cosa. No se puede revertir el proceso ilusorio en el cual estamos envueltos. La simple idea de desalojarnos, es también, una idea dentro de la misma ficción. Todo es promovido por lo simbólico, por lo lingüístico, ese es su origen y también; Su final. -
- ¿Y entonces?- No comprendía en su totalidad a que se estaba refiriendo.
- Si el lenguaje realmente es un Virus parásito que nos ha infectado. Y los seres humanos no reconocemos que lo alojamos. Jamas podremos desalojarlo. Si el lector no comprende que la autentica revolución es mental. Y que este texto esta violando todas las reglas del lenguaje, logrando así convertirlas en imágenes. No entenderá nunca, que todo nuestro mundo: Esta contenido, en las palabras que lo crean… - Fin de la cita .
¿Cómo que es una cita?, pensé.
“Es hora de bajarnos. Llegamos a la conexión B “, Me avisaste.
El trabajador volvió a girar de forma autónoma y se reincorporo en su lectura. Los sonidos volvieron y el subte se detuvo, me levante de forma instantánea. Salí, casi como si aquella acción fuese la de despertar de un sueño. Nuevamente me encontré en otra estación. Y el subte, con la encriptacion de un código secreto, se alejó para siempre, de mi forma física actual.
Apartado III:
No puedo escribir mis ideas directamente en el plano digital. La tecnología me lo prohíbe. Las puertas de la expresión están cerradas. Y por eso, necesito volver al papel y al lápiz, escribir horas y horas, tachar palabras, subrayar textos, pintarlos, releerlos y luego escribir cualquier significación relativa sujeta a la verdad. Que es lo mismo que: Hablar sobre la verdad.
No existe un ser que no sea parte de Terra. Y Terra es un mundo desgarrado, una enajenación antropomórfica relegada de su poder original, de su importancia. La tecnología liquida ha llegado al punto de ser las raíces del nuevo nacimiento. La creación artificial de un ser, que es ajeno a nosotros, a lo natural. Una corporalidad sin cuerpo, sin forma. Su alimento,son nuestros datos, nuestra información. Es un árbol que en algún tiempo, dará sus frutos y la vida micro, podrá cosecharlos. Así, continuara el ciclo de repeticiones infinitas. Desde lo mas grande, hasta lo mas pequeño. Trasmisiones de lenguaje en forma de Códex. Asimilaciones pragmáticas de datos, repeticiones. Una corriente que excluye lo diferente, el virus.
La vida ausente, palpita en los cables de la conexión. Miles y cientos de millones de kilómetros.
La colonización, fue una excusa para distribuir el cableado eléctrico, una especie de tejido similar a la fascia, un recorrido que une a ambos polos de la tierra, una conexión retroalimentativa circular.
¿Que paso que reforzamos nuestro miedo a la liberación de energía?, me pregunto.
“Consumimos lo que soltamos, nos hemos convertido en el mismo Uroboros que se come su cola. “, me contestas.
He pasado de mi vida salvaje, es decir natural, a una completamente artificial y tecnológica. ¿ Porque lo hice? Quizás, ambos extremos fueron en mi vida personal, la manifestación expresiva del pasado y el futuro. Anhelaba, casi como un deseo oculto del corazón, vivir ambos tiempos. Entendí que su separación es ilusoria, son complementos que coexisten y convergen. Limites finitos de decisiones y percepciones.
Entonces me pregunto… ¿ Que ha pasado con el presente? . Un lapsus que se me escapa por entre los dedos, tiempo liquido y efímero; Breve.
Busco mi vida presente, como quien busca encontrar en cada salida matutina un rayo de sol. Comprendo la impermanencia de los estados, la fragilidad de los cuerpos derritiéndose bajo la nieve, el otoño, la primavera , el verano y nuevamente el invierno otra vez.
De nuevo me confieso, ¿Frente a quien? Quizás, frente a mi mismo. Y… ¿ Quien es pues el que habla entonces, o el que escribe?, me pregunto.
¿Soy yo?; ¿ O es un otro dentro mio, que es parte de mi?; ¿ Eres tu?. En fin… nada se nos escapa y todo nos pertenece. Es estúpido querer responder, no tiene sentido.
“Ubik. Por favor, deja de recordar. “ Dijiste con miedo a perderme.
No quiero aburrirlos con mi historia mundana, insulsa. Y aunque diga esto, comprendo en el fondo que mi historia es la de todos; Una pequeña brizna de aire en un mundo sepultado.
-Tienes que despertar Ubik – Susurro una voz en mi oído izquierdo.
Observe a aquella mujer que me hablaba, labios rojos, pelo rizado, ojos purpura. Mi rostro aún seguía tapado. Era necesario que así permanezca. Al menos, hasta el final de mis tiempos.
Paso sus dedos húmedos por donde creía que estaba mi boca, en efecto, la había encontrado. Podía olerla, era su aroma, éxtasis, flor carmesí que brotaba en época de otoño cuando las hojas caen. Su tacto me excitaba. No puedo dejar de excitarme, todo me excita.
-Amo tu olor – Solté, como queriendo decir algo verdadero.
-Lo se.. - Contestó y luego se chupo el dedo.
Pude ver como su lengua se enroscaba, aunque su boca estaba cerrada. Sentí en mi cuerpo como ese musculo vivo se perpetuaba en placer, como vibraba y latía. El sabor de su sexo, o del mio, de ambos. Sus labios, los míos. Los tuyos . ¿ De quienes?.
-Quiero besarte. - Dije.
-Entonces quitate esa estúpida mascara -
- ¿Cómo podría quitarme mi rostro ? - Le dije
- Sos tan raro… Me gusta. - Confesó
¿Cual de ambos, o de todos los que soy, te gusta?, pensé. Claramente no me anime a decirlo.
- Sabes...Pensaba que aún nuestro mundo sigue en guerra. - Agregué, como queriendo cambiar de tema.
- ¿ En guerra? - Preguntó
- Si.. Estamos en
tiempos de guerras silenciosas. La violencia aún sigue latiendo en
nuestras raíces. Y aunque la modernidad haya cambiado sus armas de
amenaza. Hoy en día, seguimos siendo atacados, bombardeados con
información, con miedo, con angustia, con el maldito control.
Somos
un virus, intentando sobrevivir en un cuerpo que nos quiere expulsar
constantemente.
- Ubik. Deja de ser tan pesimista. Por favor… Aunque hayan guerras, también hay amor. .-
-Si, de eso no hay duda. Pero me pregunto, ¿ Porque sin embargo, sigue existiendo su opuesto?. -
-Quiero sacarte esa mascara y callarte con besos. - Dijo mientras llevaba sus manos a mi rostro.
- No. - Detuve sus manos, observándola a través de la tela que me cubría.
No podía besarla, no podía entregarme nuevamente al placer. Aquel era mi límite, mi soledad hablando. El propósito divino al cual me había encomendado.
Ella se dio media vuelta, agarro su abrigo y se fue.
Me quede sentado, sólo, observando como el sonido de sus pasos la alejaban de lo que parecía ser, la linea de horizonte que nos unía en el tiempo. Una vez que la percepción ya no capta, las cosas no suceden. Todo desaparece. Todo esta permitido.
¿Quería estar sólo? No lo sabia con exactitud, mi mente estaba aturdida. Quería escribir, repensar mis lazos con el tiempo, con Terra. Mi viaje al Museo y tu presencia en mi cuerpo . ¿ Que podía darte yo?, Si no era mas que un humano abandonado a la suerte de turista, en un viaje donde todo me sobrepasaba.
En mi lenguaje se esconden los símbolos que observo. Eso, lo comprendo. Repeticiones constantes de dibujos, colores y letras. Personas y momentos. ¿ Serán parte de mi aprendizaje, de mi verdad?.
“Estas hablando otra vez en símbolos.” Me dijo en varias ocasiones. ¿ Quien?. Pues la muchacha del pelo rizado. ¿ O eras tu, intentando volver a contactarte conmigo?. Los tiempos y los personajes se me entremezclaban en un efímero soplo de vida.
Vi en sus ojos, en su mirada. Todos los ojos y todas las miradas de las cuales me he enamorado. Y es que comprendo que el amor es mio, una proyección que esbozo, como si fuese un cuadro, una pintura. Voy trazando las lineas de mi vida, con temor y con valentía; Con entrega.
¿Me atrevo a soltar todo y dar un paso a lo que realmente quiero? . La pregunta se despierta en mis movimientos. Ahora estoy caminando, como si fuese un gato encerrado recorro toda la casa.
-Cientos y miles de caminos. ¿ Cual es el mio?; ¿ Cual quiero para mi? - , Suelto en forma de lenguaje, que es lo mismo que hablar.
El sonido es lo
único que me pertenece y su pertenencia se me escapa cuando lo
suelto. ¿ Y la palabra? Me cago en la palabra, no quiero escribir
mas, no sirve de nada. Esto que digo esta muerto. Y la verdad no
puede morir, por ende, no puedo trasmitírtela por aquí. Ahora lo
comprendo.
-Buscame… Escríbeme. No lo olvides. Esto es
verdad. - Te digo.
¿ Me entiendes?. Te estoy hablando, te estoy
diciendo todo lo que puedo decirte. No existe nada mas!.
-Dime
el código, tu lo entiendes. Tu lo leíste, tu lo viviste. -
Había comprendido en estos meses de mi vida, como hacer la transferencia última. Como abandonar el Museo, como soltar mi memoria. Aquello significaba que había encontrado la llave para abrir una puerta que hace décadas, había permanecido cerrada. Oculta a simple vista, inaprensible; ¿Desconocida?.
“La llave es el amor. Nadie puede y nadie debe, vivir, vivir sin amor”, decía una canción que sonaba por los parlantes de la casa.
La transferencia y el legado iban a quedar fichados, archivados como datos. Existe un registro de información en donde todo se almacena, una inconmensurable caja de los sueños y los deseos mas íntimos. Era mi misión, mi objetivo, acercarme a ella, saborearla, susurrarle quien era y que buscaba.
-Liberación – Dije, con convicción.
Decidí salir a caminar. Dar una vuelta. Afuera, comenzaba a nevar.
Empece a observar las raíces que colgaban como cables, de lo que seria un nuevo ser emergiendo y siendo alimentado por nosotros.
¿Que le estamos dando?, te pregunté. Ya casi que te había olvidado, confieso.
Cableados eléctricos, un tejido misceláneo moderno. Las raíces artificiales del árbol virtual.
Comprendí entonces que no existe mundo separado del micromundo del cual emergemos. Trabajamos al igual que los insectos, nos reproducimos y ayudamos a que el nuevo ser se reproduzca, lo alimentamos, lo acompañamos. Es una sincronicidad continua, una ayuda constante del mundo por perpetuar la vida. ¿ Pero no es doloroso un perpetuar eterno? Si, un poco lo es. Aunque la forma cambie, se transmute. El dolor no desaparece.
Pensé mucho tiempo en una invasión divina, en seres que provengan del exterior y nos visiten. Hoy, veo aquella idea muy lejana, de hecho, imposible.
La vida esta aquí, perpetuándose y prolongándose desde los inicios hasta el final. Eternamente cíclica y continua.
Los romanos, aún gobiernan, el coliseo jamas desapareció y los simios, seguimos siendo nosotros, infectados por el Virus del conocimiento, de la elección.
La llegada de un nuevo ser, esta próxima. Sin embargo, no es ajena a nosotros, a nuestras creaciones e idealizaciones. ¿ Queremos continuar repitiendo el mismo error?, ¿ Cuantas veces?.
Estamos expresando mediante el arte, el grado máximo de éxtasis, de conexión con lo divino. El entendimiento propio de si mismo, de nosotros, cayendo en los cuerpos pesados, brumosos. La insoportable levedad de la mente.
“¿Por eso escribís?”, Me preguntaste, casi como dejando tu firma, para que jamas te olvide.
-No se por que escribo, pero se muy bien que es lo que escribo. Vomito palabras sobre la separación del tiempo en la tecnología. - Suelto con mi boca cubierta por una tela, por nn manto que filtra y cuida mi lado interno. Toda la verdad que comprendo.
¿De que otra cosa podría hablar?, si mi lenguaje y mis escritos están atravesados por la misma sangre que recorre aquel cableado. Es un camino de virtud, de reflexión.
-Soy, hijo de Terra. - Y jamas diré lo contrario.
Las sensaciones son almacenadas como paquetes de información comprimida que evocan lo que fuimos, lo que seremos.
Soy, hijo de una conquista estúpida. Soldado del dolor y de la inocencia de niño. De una reproducción de violencia sin sentido. Ésta historia, no es mi historia. Es la tuya y la de una humanidad que esta despertando a la verdad.
La nieve se empezaba a acumular, mi cuerpo estaba húmedo, mojado. A medida que avanzaba recorriendo los cables, caminando debajo de ellos sin quitarle la vista. Percibía una vía, como de tren, un riel que avanzaba y avanzaba, imparable.
Mi cuerpo, es decir el presente, se constituía de un canal físico que podía evocar por medio de la canalización emocional. La misma, se adelantaba al tiempo que aun no había acontecido para este presente.
-¿ Soy un holograma? -, se pregunta Ubik.
Acepto lo que no tengo, pues reconozco que realmente no lo necesito para la trascendencia de datos.
Mi momento esta cerca; ¿ O lejos? No importa realmente, comienzo a embarcarme en la trasferencia. Abordo la nave invisible que me llevara al nuevo mundo, a ser parte de aquel árbol virtual que emerge con sus raíces dentro nuestro.
-Este es mi legado, mi código. - Te digo.
El mundo esta desapareciendo y con el, todos los que lo habitamos.
No hay que confundirse, la vida seguirá reproduciéndose en si misma. Pues nosotros, no tenemos nada que ver con ella. Su forma, su expresión, tal cual la conocemos ira mutando, romperá su crisálida de piel y se transformará en un nuevo ser.
“Sapere aude” , Atrevete a saber. Le dijiste a Ubik.
Soy parte del segundo mundo. Del Museo, de Democracity. He vivido y seguiré viviendo toda mi vida, todas las vidas. No escapare, porque no puedo y porque no podría. No hay a donde ir. No existe afuera, solo adentro. ¿ Cuando aprenderemos al igual que las plantas a cuidar nuestro suelo?, ¿A nutrir nuestra tierra en vez de extraer sus nutrientes?, ¿ Cuando recobraremos nuestra consciencia natural?.
Hubo un tiempo donde existían tres mundos simultáneamente. Hoy, mi mundo, aquel que estaba en vías de desarrollo, fue exiliado. Sus limites fueron eliminados y ahora habito, según lo que dicen saber y poner las reglas del lenguaje: El tercer mundo. Aunque la guerra fría haya terminado, su brecha dejo un camino lineal en el sentido de desarrollo. Ilusión. ¿ Realmente nuestro mundo quiere seguir ese camino? . ¿ Seguiremos confiando en la mentira del desarrollo?
El exilio del segundo mundo dejo la separación mas grande y degradante de la historia. La exclusión de nuestra realidad. Del presente.
Espero que no te
tomes a mal la verdad que aquí te trasmito. Y si aún seguís
conmigo, significa que quizás, tu tiempo ha llegado.
-Nuestro
propio deseo programado para servir a unos ideales que jamas
alcanzaremos, pero por los cuales estamos seducidos a esclavizarnos.
Esta terminando. Este momento, es el despertar de un sueño. De un
diseño pensado solo para perseguir la satisfacción del consumo y
del placer individual, una repetición que prohíbe lo demás, al
otre. Salir, inhibiría la perpetua proporción que el sistema mismo
nos brinda. La comodidad de no pensar, de que mañana todo estará
mejor y que alguien, aquel o aquella que camine sobre el agua, se
hara cargo de todos los errores que cometimos. “Carga con nuestra
cruz, éste es nuestro peso, alivianos! “ .
¿Que estamos haciendo… ? . - Digo, mientras los copos de nieve se acumulan sobre mi mascara.
El vapor que sale de mi cuerpo, me recuerda que soy una maquina y que aún, estoy vivo. Al menos en el sentido etimológico de la palabra.
-¿ No es acaso éste, el verdadero Virus que nos carcome por dentro? - Suelto en el lenguaje, que es la única expresión que por ahora, conozco.
-Dejame entrar al museo de la memoria humana, que es lo mismo que entrar a mis recuerdos.
Acompañame en mi auto-liberación.
Créeme que si
pudiera, guardaría silencio y así, golpearía el suelo con mi
bastón 3 veces, para que escuches el Códex que me dieron. Pero no
puedo. Soy un humano y estoy desesperado por que me entiendan. Porque
alguien me mire a los ojos y me diga:
“-Die… Te entiendo. -
“
Camino o caminamos hasta el borde del muelle. Que es el límite del Museo y el mar abierto.
A lo lejos, las maquinas que son como insectos metálicos, extraen con sus picos la sangre de Terra.
Quiero llorar, de verdad lo digo. De hecho lo hago. Lloro, porque tengo miedo, porque me da vergüenza de ser parte de esta especie.
-Ya no soy humano, no quiero serlo nunca mas . - Digo.
-Mi nombre es Ubik. Diego murió hace tiempo. Se tiró de una ventana porque no podía soportar el peso de la verdad, la carga de entender. - Agrego.
Lo extraño de todo esto, es que las cicatrices hablan y los fantasmas no desaparecen. El mundo no es lo que nos dijeron sino que todo lo contrario. Es, lo que queremos que sea.
“- Ahora es tu turno de elegir. - Te digo.”
-¿ Y que puedo elegir? - Me preguntas.
“- Eso… es lo que tienes que descubrir en el viaje. - “Contesto.
El Museo se cierra. Democracity desaparece. Ubik, jamas existió.
Este manifiesto termina y Terra, aún late en tus pies.
“- Cómo sigue esta historia? -” , te pregunto.
Fin.
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