El Éxodo del Fénix: Enigma Cósmico, Identidades Efímeras y la Danza Incesante del Tiempo.

 








El Éxodo del Fénix:

Enigma Cósmico, Identidades Efímeras y la Danza Incesante del Tiempo.

































Escrito por:


Ubik.



































El planeta es lo que hace posible los mundos, los mundos surgen de una condición planetaria que les precede, los supera y les da forma.”

























Introducción:


En un futuro, tomaran mi memoria, la memoria humana, como un recurso de recuerdos almacenados en un chip, o quizás, en una nube artificial. Mis recuerdos, no serán mas que una serie de datos comprimidos en una interpretación del habla, una forma de guardar y de compartir en un tiempo futuro, el lenguaje o la idea, de quienes fuimos. Mi vida, tendrá la forma de una gota artificial en medio de muchas otras cosas desconocidas. La nube, que transportara nuestras memorias como si fuesen un cúmulo de gases a punto de precipitar en tierras desconocidas, se compartirá y se codificara a velocidades inigualables.

Habrá una construcción holográfica, un diseño a escala y en 3D, quizás formado por algún micelio encapsulado en un laboratorio, o en el peor de los casos, por fibras de plástico artificiales y microscópicas. Mi voz podrá reproducirse, siguiendo los millares de patrones que quedarán guardados en aquella nube de datos. Sera tan simple como sentir el sabor de un sorbo de agua y los recuerdos inundaran los cuerpos ajenos, nuevos.

Quisiera decir que mis pensamientos e ideas, se recrearan partiendo de mis escritos, del intento por perpetuar la memoria humana y así, darme a entender. Pero la verdad, es que dudo mucho que así lo sea. Mas bien, tengo la sensación implícita en el cuerpo, de que mi forma física, desaparecerá. Y con ella, mi antigua vida, la humana.


Fuera de toda esta reflexión, mi misión era clara. Debía volver a Terra.
Nos habíamos embarcado en el viaje a SRSXB12, un nuevo planeta. Ésta, era una búsqueda vana y sin un sentido real para mi. Sin embargo, implicaba la esperanza de toda una generación planetaria. Toda nuestra especie había depositado su idea de futuro, en otro lugar. “Hay que migrar”, se pensaba. “Debemos comenzar de nuevo”, decían otras de las tantas voces.


No fue otra cosa, sino un video-sonido, el cual llegó como un dato aleatorio, como una suspensión de hondas radiales viajando por el cosmos. Y se filtro como una suerte de rayo, por las antenas de la nave.

-Hemos perdido la señal con la base. Una frecuencia ajena esta haciendo interferencia. - Comentaba el capitán y el único a cargo de la nave.

Teníamos la antena de comunicaciones conectada a la base central. Pero en una aproximación a aquel planeta extraño, tuvimos que cambiar la frecuencia del sintonizador, pues la señal era débil y la cadencia de la misma, comenzaba a decaer. Fue ahí, en ese preciso momento, cuando se filtro a través de los parlantes, la voz de una niña. Luego de escuchar sus palabras, el capitán decidió detener el viaje y emprender el regreso inmediato a nuestro planeta.


A medida que avanzábamos, con una esperanza depositada en el recuerdo de la humanidad, en el sonido de una voz que era pura y verdadera. En donde los recuerdos de una niña hablando con una planta, parecían ser una oda que envolvía a la naturaleza entera en una conjunción con nuestra especie. Y como si las alas de un Fénix de fuego se agitasen en el espacio y las cenizas de sus movimientos detuvieran el andar del tiempo mismo; La nave que iba con un rumbo fijo, detuvo sus motores y redirecciono su andar.


- No existe otro lugar . - Terminó por confesar el piloto del ave Fénix.

- ¿Y entonces, a dónde estamos yendo? - Preguntó el viajante azul. El único que estaba con los ojos realmente abiertos.

- A ningún lado. Este mapa no existe: Asia, es un invento colectivo de los soñadores. Europa no es mas que un ideal del placer exacerbado y América, es el recuerdo del trabajo por sostener todos los impulsos. Las divisiones de Terra, son un engaño.


El capitán hizo un ademan con su mano en el aire y la pantalla en donde se estaba proyectando la imagen ampliada de un mapa, desapareció. Volvió así, rápidamente, a mostrar la transparencia de un vidrio en el espacio; Todo lo que se observaba era visto a través de los ojos de un fénix sideral. Se podía percibir un fondo negro, infinito, destellos de estrellas, jarras de agua inmensas suspendidas en un tiempo galáctico, la descomposición orgánica de los astros. Los elementos dispersados, como si fuesen polvo de piedras preciosas y perlas. Crisálidas vegetales desparramadas por un jardín prohibido para nuestra especie; Un suspiro frágil.


- Pero capitán… no podemos pegar la vuelta. La esperanza de los Terrestres esta depositada en nuestra campaña. Me contrataron con el propósito de colonizar otro planeta. - Contestaba el pasajero vestido de azul.


- No seas ridículo . Dijiste colonizar? . Pero que lenguaje mas absurdo estas utilizando.

En mi nave no voy a permitir que esas ideas nos contaminen. - Su voz cobraba fuerza y liderazgo.

- Vamos a pegar la vuelta, la voz de la niña es la única esperanza que tenemos. - Agregaba con ímpetu.


En los parlantes, sonaba como si fuese un bucle, la voz femenina de la niña.

- Cuidemos la tierra, cuidemos las plantitas, los animales y las personas. - Decia una y otra vez.

Aquella interferencia, había sido captada por la nave y ahora, compadecía los oídos de aquel que estaba al mando de la misma.


- Capitán, ¿Cual es tu verdadero nombre?. -

- Mi verdadero nombre es Baddas; Capitán Baddas . -

- ¿Porque me mentiste al decirme que te llamabas Ubik? -

- Supuse que te haría pensar un poco las cosas. -

- Si. Lo hizo… pero la pregunta que no se me deja de reproducir en la cabeza, es la siguiente: ¿Cómo sabias que tengo una obsesión con ese nombre? . -

- No lo sabia. Simplemente leí en tu reporte de inscripción que te gustaba leer a Philip. Y entonces pensé que seria gracioso presentarme con el nombre de uno de sus personajes. -

- Es que podrías haber elegido a cualquier otro personaje. ¿Por qué justo ese? -

- No lo sé… es el nombre de un maldito aerosol, no lo pensé muy bien. -

- Baddas. Sé que estas a cargo del gran Fénix. Y que todos los pasajeros debemos respetar tus decisiones. Al fin de cuentas, sos el que esta al mando. Pero debo pedirte por favor que pienses muy bien lo que estas haciendo. -

- No necesito que me digas que hacer. -

- Capitán; ¿Te das cuenta que la humanidad perderá la esperanza si regresamos? - volvía a inquirir el pasajero.

- La humanidad perdió la fe en si misma. Nosotros no tenemos nada que ver con eso. No somos mas que los pasajeros de un ave sobrevolando el cosmos infinito. -

-Capitán! - Terminó por gritar el pasajero azul.

En la capsula interna de la nave, o en el interior del Fénix, se encendió, una luz roja, proveniente de la sala de mandos. El capitán se desabrocho el cinturón con un solo tirón de su brazo y en menos de un segundo, estaba parado en frente del pasajero. Lo miraba desde una posición mas alta, erguido. Sus ojos se clavaban como garras de un animal salvaje, enojado.

Baddas levanto un dedo de la mano derecha y cuando parecía que iba a decir algo, no dijo nada. Sólo el silencio hablo, él, se dio media vuelta y volvió a la sala de comandos.

El resto de los pasajeros, no emitió ningún sonido, ninguna mueca si quiera. Todos estaban estáticos, dormidos. Y el pasajero de traje azul, llevó sus manos al rostro para dejarse abandonar a merced de un llanto lejano, una tristeza del alma.


- ¿Porqué permitís que nuestras esperanzas desaparezcan? - Se preguntaba entre un sollozo liviano.

-¿Sabes que pasa?. Escucha esto. – Dijo el capitán, mientras apretaba uno de los botones del tablero y se encendía la radio. La voz de la niña, seguía repitiendo:

-Cuidemos la tierra, cuidemos las plantitas, los animales y las personas. -

-”En el mundo que conocemos, nuestros deseos, nuestros traumas, nuestros miedos, amores y fetiches. Son controlados y distribuidos por sectores. La elección y distribución es arbitraria.

Existe la venta de información para personas especiales. Es como ir a pescar, cuando aparece alguien con un ingreso de códigos elevados, los datos recopilan la mayor cantidad de información posible sobre esa persona. Construyen un recuerdo de sus ideas, de sus fantasías, de sus sueños, una imagen de su búsqueda mas íntima y luego, se la venden. Éste, es el plan de las sociedades secretas. “- Terminó de decir Baddas, casi como citando palabras que no eran suyas.


Mientras que los ojos translucidos del Fénix dejaban entrever por sus pupilas el basto abismo negro y las estrellas quedaban atrás, como ecos de un reflejo vaporeo. El capitán apretó un botón que decía “Piloto Automático”, giró su asiento y mirando al único de los pasajeros que estaba despierto dijo:


- Escucha con atención la historia que te voy a relatar, porque en ella, existe una simpleza y una transmisión. -


-”En un rincón olvidado del universo, existe un planeta misterioso llamado Syntharum, donde la música y el paisaje se fusionan en una armonía sin fin. La luz aquí tiene tonos etéreos de azules y verdes, y el aire está lleno de sonidos electrónicos que parecen danzar en el viento.
Los habitantes de Syntharum son seres luminosos que no tienen forma física, pero están conectados a la música que llena su mundo. Cada uno de ellos es un intérprete, creando y compartiendo melodías que dan vida a la naturaleza que les rodea. Cuando se encuentran, sus melodías se entrelazan en un ballet sonoro, llenando el aire con armonías celestiales.
Un día, un visitante de otro rincón del cosmos llegó a Syntharum. Era, un explorador que había seguido el eco de la música a lo largo del espacio y el tiempo.
Su nombre era Schulze.
Fascinado por la belleza de este mundo, el explorador se unió a los habitantes de Syntharum en su búsqueda de la armonía perfecta. Juntos, crearon una sinfonía que trascendió las dimensiones y se convirtió en un faro de luz y sonido en el vasto universo. Las melodías de Schulze se entrelazaron con las creaciones de los habitantes de Syntharum, y el planeta se convirtió en un lugar donde el tiempo y el espacio se unieron en una danza eterna de sonidos y colores.
Y así, en Syntharum, la música de Schulze se convirtió en un lenguaje universal que unía a seres de diferentes mundos y dimensiones en una búsqueda eterna de belleza y armonía en el vasto cosmos
.”-


Luego de haber relatado ese pequeño cuento, en efecto, Baddas comprobó que el pasajero de traje azul había vuelto a dormirse. Se dio media vuelta, desactivo el “Piloto Automático” y tomo las riendas del Fénix.













Capítulo 1:


Estábamos en el mundo de la energía. Lo supe con claridad, el día que fui a limpiar los cuartos del hotel. Había llegado buscando trabajo, alguna forma material que pueda sustentar mi deseo, que era permanecer la mayor cantidad de tiempo posible en aquel lugar.

Me habían dado una fecha limite. “Tenes 1 año”; Me dijeron. Un mortal no puede albergar tanto tiempo en el paraíso, supuse. Cuando a pocos, a duras penas les permiten estar 3 meses. O incluso, menos, 10 días. ¿Porque había recibido la oportunidad de estar tanto tiempo entonces?. Jamas encontré una respuesta clara. Quizás tuve suerte.

Mi boleto de viaje al país secreto, había costado un arduo esfuerzo y concentración en ello. No tenia dinero, no tenia nada, solo mi propia voluntad. Y al fin de cuentas, parece que era lo necesario para ingresar.


Había leído en una oportunidad, que los griegos, al momento de hacer ofrendas, festejos o recibir nuevas noticias. Colmaban sus hogares con figuras de los dioses, representando así, la proyección de lo que anhelaban atraer. A ese acto, se lo denomina; Proyección energética.


Volviendo al trabajo, cuando realizaba tareas de limpieza, me habían dicho que el lugar supuestamente había sido ocupado durante 3 noches, por una pareja de amantes, o de amigos cercanos. Y sin embargo, ahora, al entrar con la llave maestra, encuentro que el lugar esta en perfectas condiciones. La cama tendida, las toallas dobladas. El piso cepillado, los espejos limpios, y los accesorios ordenados. ¿Entonces?, me pregunto. ¿Cual es mi tarea aquí realmente?.
Con las herramientas de limpieza, me encuentro estático y atento, a ver si percibo alguna mancha de suciedad, de polvo. Pero es en vano, nada existe. Parece que el tiempo en aquel rincón de la habitación jamas existió. ¿Y las personas?, Puede que tampoco hayan existido.

-Este lugar es extraño – Me digo. Me recuerda a una escena del viaje de Chihiro, los fantasmas, la mitología, la fe en lo desconocido.


Mi mente continua con su viaje por la memoria en las tierras pasadas, por el planeta que habíamos abandonado. Me recuerdo, como una imagen viva, proyectada por SIVAINVI, (Sistema de Vasta información viva. Que bien podría ser, una antena de recreación holográfica )La proyección es como de humano, del genero encapsulado en el ramal YGRIEGA, hombre, con una serie de ideas ya establecidas, gustos pre-seleccionados, soy el cuerpo de un producto que no logró ser terminado; Así me siento, insatisfecho, enojado.


En este recuerdo por Terra, me veo en una fila corta, personas que conforman una hilera humana. Estamos dentro de un centro del copiado. La espera es interminable, agotadora.

Escucho la puerta abrirse a mis espaldas. Mis instintos animales de alerta, se despiertan. Volteo y veo a una mujer, completamente vestida de negro, su fachada me encanta, quiero ser ella, sentirme como ella. Me observa, siente el peso de mi mirada. Al fin puedo corroborar mi existencia, pienso. Su pelo negro cae por debajo de los hombros. Tiene los costados rapados y unos ojos oscuros, negros como una gota brea. “Ella es profunda”, Recuerdo pensar. Tiene un collar que aprieta su cuello, de mostacillas. ¿Por qué tanta presión?, me pregunto. Lleva puestos unos guantes con los extremos de los dedos cortados y unas botas que llegan casi hasta las rodillas. Parece enojada, pero no lo esta, solamente es seria, esta un poco triste, cansada.

Mi mirada no la intimida, tampoco le incomoda. Gira su rostro a la izquierda, donde las pantallas que ocupan el ancho casi completo de la pared, denotan en números romanos, los siguientes a ser llamados en la fila. (Si, aquellos Códex ocultos, ahora llamados números, escondidos como figuras numéricas, eran en efecto una traducción de los cánticos Gregorianos, la reproducción ficticia por querer preservar la finitud dentro la de infinitud.)

Observe atentamente a aquella mujer y vi que tenia un tatuaje, una marca de reconocimiento en la cien. “Fe”, pude leer. Letra gótica, de la última revolución, cuando Lutero se animó a compartir la traducción de los códigos ocultos del viejo testamento al nuevo mundo; La llegada de la creencia.


-Ubik – Escuche. Era la voz del capitán. ¿No era él acaso quien se llamaba a si mismo? .

-El capitán te necesita. - Menciono un pasajero que estaba sentado a mi lado.

-¿A mi? - Pregunté, desconcertado. Como quien recién se despierta de un sueño.

- Tenes que continuar con tu misión. Hasta que no lleguemos de nuevo a Terra, nuestro viaje abra sido en vano. - Me comentó, mientras los demás pasajeros parecían estar dormidos. Todos vestían con sus trajes azules, de trabajo y se encontraban recostados en sus asientos.

-Pero yo no me llamo Ubik. - Afirme.

-Eso no es lo que dice tu traje. - Me contestó.

Mire su pecho izquierdo y encontré una placa dorada, que decía: “Sloifoisky.” . Observe entonces mi traje y dilucide que en efecto, Ubik, era mi verdadero nombre.


La sensación de no encontrarme en aquel lugar, desapareció rápidamente. Era tan simple como cambiar un código lingüístico y la percepción mutaba de golpe.


El capitán, quien estaba a cargo de llevar a los pasajeros de la última esperanza al nuevo planeta, había solicitado el acercamiento del tripulante Ubik. ¿Por qué? Nadie lo sabia, excepto el capitán y su superior. La verdad, era que aquel planeta llamado SRSXB12, no existía. Desde el ministerio de Información mundial, habían contratado a una empresa llamada SIVAINVI, la cual había desarrollado una alta tecnología recreacional holográfica y con ella, una ilusión de esperanza. La antena viva, diseñaba las posibilidades habitacionales en los lugares mas recónditos de la galaxia y modelaba imágenes con posibles esperanzas. Era una farsa, se montaban recreaciones que no sucedían y luego se compartían virtualmente a nivel mundial. Mientras que la verdad era que los pasajeros habian sido enviados a un inmenso agujero negro, como tributo, aquella empresa lo único que hacia, era recrear posibilidades que no existían, con el único propósito de generar una ganancia a coste de la Fe y la esperanza.


“¿Me animaba a confesar la verdad que sólo yo sabia?. ¿Habrá sido una excusa propicia la de la interferencia en la señal de la radio?. Aquellas personas tenían una esperanza enorme en perpetuar la seguridad. Una seguridad que era absurda.

Y yo, lo único que tenia, era mi propia fe.” Pensaba el cápitan Baddas, mientras Ubik se acercaba a observar los ojos negros del ave Fénix.


-Al fin de cuentas, lo había comprendido – Soltó sin vacilar Baddas. - o al menos, la radio espacial de la nave Fénix, me lo contó. ¿No había sido la voz de aquella niña?. sí, fueron las palabras de una niña, de ese ser mágico, las que me revelaron con su predica la sensación de libertad que tanto anhelaba encontrar. - Terminó por confesar.


El pasajero no podía hacer mas que observar los labios del capitán. Desconcertado, escuchaba atentamente su mensaje.












Capítulo 2:


Quería tener todos los códigos encima. Comprendí tarde, que aquello era imposible.

Intentaba, cómo si fuese un detective o un archivador de recuerdos, o quizás, un mero interpretador del lenguaje, un escritor; De recapitular todos los acontecimientos de mi vida, en este escrito, mi propia bitácora de viaje.

-¿Se entiende de que hablo? - Preguntó el comandante que sentado en su nave de mando, recordaba cuando había estado en tu lugar.

- No siempre estarás consciente para escucharlos – Le había susurrado uno de los elegidos. Que curiosamente, era el pasajero que se encontraba con el traje azul, sentado al fondo de la nave.

El interior del Fénix, que podría haber sido una especie de cartucho metálico abandonado, o un intento por ser una esperanza de salvación, flotaba en la inmensidad galáctica de un cosmos artificial. Era un ave solitaria en medio de la nada misma.

- En mis tiempos masticábamos hojas. - Decia una voz que sonada en los parlantes holofónicos de la nave. ¿Era la voz de la niña?, definitivamente no lo era.

- ¿Es la voz del elegido? - Preguntó el viajante, que lentamente empezaba a darse cuenta que tenia un traje azul, en vez de su propia piel.

- Habrá momentos en los cuales vas a tener que sentarte durante horas, días inclusive, para intentar conseguir decodificar un verdadero código. - Volvía a inquirir en palabras el comandante de la nave. Las luces roja de la cabina, parpadeaban, eran centellas en un cielo lejano.

El aspecto de aquel alto rango, astro navegante espacial, era la de un cuerpo masculino, grande, cercano a los 60 años de edad. Su rostro portaba una barba, que lentamente comenzaba a desentonar con los aspectos modernos, elegantes y minimalistas de la nave. El tablero de mando, que se observaba detrás de aquel personaje, era una especie de pizarra repleta con teclas de sincronicidad.

Si uno llegaba a mirar de cerca aquel mando de la nave, se le venia la sensación de abstraerse del propio cuerpo, como si una especie de temblor fueran movidos por los sonidos cósmicos del exterior, una sensación que se filtraba por entre las paredes metálicas. Lo pesado de no entender para que servían tantas teclas.

-¿Porque ? - Preguntó el viajero.

- Bebe un poco de agua primero. - Soltó el capitán. -Llegará un momento, cuando releas toda la base de datos de tu memoria, que no diferenciaras en cual vivencia y en cual no, estuviste consciente. La idea es esa, en tu caso, no dejar de escribir. Existirán siempre códigos que se introducirán en el sistema. Burroughs los definió como virus. Una especie de código viral que ingresará en forma de error o de suerte, al sistema interno, al propio. Por lo general son hondas que se trasmiten, de persona en persona. Allí estarán, hablando, mostrando lo único existente, una reprogramación que se escapa de los límites repetitivos de tu propia cotidianidad. - Todo eso, informaba el capitán, que lentamente dejaba ver por debajo de su barba, como el traje de piloto comenzaba a cambiar de colores. Un viraje dicroico de texturas.

- ¿Estas volviendo en el tiempo? - Preguntó el viajero.

- Si, no era acaso Ubik tu nombre? . - Soltó el capitán del navío.

-Ese es mi nombre. - Afirmaba el viajante de traje azul. Aunque aún, le costaba decirlo.

-Entonces esta en tu esencia, que todo lo que te rodee, retorne su origen verdadero. - Concluyo el comandante.










Capítulo 3:


Debía buscar la forma de armar un equipo . No podía hacer este viaje solo.

Aquel entendimiento me había sido revelado ese viernes a las 5:55 de la mañana. Ya como era de costumbre, venia despertándome todas las madrugadas.

-Mañana abra que levantarse temprano para ir al trabajo. - Terminó por confesar el viajante azul, mientras se despertaba en Terra.

-Es cierto. Debería acostarme y descansar. - Terminé por soltar. O quiero decir, terminó de decir el personaje.


El insoportable peso de la mente no me dejaban descansar. O no lo dejaban descansar. Eran la única forma que nuestro cuerpo empezaba a reconocer como opción; Vaciarse. “Bebiendo, el plato de sopa se vacía. “ Me dijo una vez Marcos mientras tomábamos sopa de remolacha.


-No de nuevo ! - Exclamé.

- Estoy volviendo en el tiempo . - Dije después.

- Volver e ir son lo mismo . - Mencionó un antiguo practicante que no desarmaba su postura corporal mientras todos los demás corrían por detrás de su espalda, o al menos, detrás del vidrio de la nave Fénix. El cosmos entero, que era un escenario negro, había corrido sus persianas y me había permitido ingresar, para ver, la gran obra. La cuál era, su propia creación.


-Este, es el inicio del Génesis. - Comentaba el astro navegante espacial. -En el origen de todos los orígenes, no había nada. No puedo decir “En aquel tiempo”, pues el tiempo no existía. - Agregó mientras su traje se torno de un azul cobalto.



Había existido un tiempo, en el cual, tuve la impresión o la oportunidad, de vivenciar la austeridad plena; Sin necesidad de que un sistema me controle. Pero todo eso había quedado atrás. Ahora planeaba, desesperado, irme al otro extremo de Terra. Al origen de mi vida, de la tuya o de la de todos. Buscar, detrás de aquella nueva esperanza, el sentido de la Fe, el sentido de todo lo que había perdido.



-Lo primero que tienes que hacer es pelarte . - Dijo el maestro dentro del recuerdo que se proyectaba en los ojos del Fénix. -Hay que desprenderse de la imagen. Ademas, el peso de las antenas implantadas no dejan que los mensajes lleguen. - Agregó.

Lo cual no entendí muy bien. Porque al observarlo, vi como él, tenia no solo el pelo largo, sino que también su barba.


- Esta es la forma de controlar el viaje. Uno vuelve a integrarse al sistema a medida que inicia el primer suspenso de consciencia. Es una limpieza, un nuevo comienzo; Una reprogramación. - A este punto no podía distinguir si las voces venían del piloto, o de los parlantes.


Habían pasado décadas y aun corrían los rumores de que el origen de la humanidad, había sucedido allá, en Oriente. Pero curiosamente, no en su centro. Sino que en el extremo norte de su longitud mas perdida. En el punto geográfico de una isla olvidada, enajenada.


El capitán, accidentalmente, dejo entre ver en la pantalla de mando el mapa del origen universal.

Era una especie de imagen satelital que se reflejaba y se mostraba todo su desplome geográfico.


-¿Dónde estamos capitán? - Preguntó el viajero de azul. Observando un océano en el espacio.


Entonces, el capitán, relató lo siguiente:


-”Izanami e Izanagi; Escapados del paraíso celestial, llevaban consigo pinceles como instrumentos de creación. Al igual que los artistas en el escenario de la vida, sus pinceles se movían con la gracia de una danza, como si estuvieran trazando los contornos de un mundo por nacer. Cada pincelada era un acto de divina inspiración, agitando sus herramientas como pompas de nubes negras, esparciendo partículas de la verdad en el lienzo cósmico.

En su arrebato creativo, liberaron gotas de tinta en el vasto océano, y a partir de ese momento, surgieron las islas, nacidas de las entrañas de un volcán dormido que yacía bajo las aguas. Cada isla, un regalo de los dioses, respiraba la esencia de un fuego contenido en la tortuga durmiente, simbolizando la vitalidad y la chispa de la vida en un mundo recién formado. Así, la humanidad nació, un fruto de esta danza divina entre los dioses y el cosmos.

Con el paso del tiempo, los seres humanos, siendo humanos, también albergaron deseos de escapar de su paraíso original, de explorar y descubrir más allá de los límites de su creación. Esta búsqueda incansable por comprender su lugar en el mundo y explorar nuevos horizontes se convirtió en una parte esencial de la historia humana y la expresión de su fe en un destino más allá del paraíso inicial.” -


La nave, tenia un grabado de letras en toda su carcasa externa. Se podía leer: “フェニクス001”, que era lo mismo que decir: Fénix 001.

-Esta es la nave que te llevara a ocultar tus propios códigos bajo los hechizos de las palabras. - Debeló por fin el piloto.

- Capitán, ese mapa no es acaso la isla de japón? - Se atrevió a preguntar el viajante de traje azul.

- Japón es un invento. - Terminó por confesar.


Un sueño, pintado con aires de recuerdo, se le pasaba por la mente a aquel hombre.
Anhelos por sus bosques, por sus lagos y montañas. De día, usó su fuerza física para levantar paredes que no eran poca cosa, sino que eran casas, hogares. Tuvo ideas y sueños de ayudar y de crear sistemas de construcción eficientes, económicos, sustentables. Quiso destacar la necesidad de habitar un pedazo de tierra, en libertad. Lo frenaron fuerzas adversas, de poder. Y un día, lloró, lloró tanto que de sus lagrimas los lagos se acrecentaron y se hicieron un océano de posibilidades. ¿Dónde esta mi bote, que estoy haciendo en este lugar?, se preguntó. Era Noe, que esperaba abandonar el viejo mundo. O al menos, así se sentía.

Noe, comenzó a no dormir, a levantarse en la madrugada, fumaba y tomaba mate mientras el estómago le ardía. Guardaba cada moneda virtual, en un banco inexistente, con la esperanza de introducir un código correcto en el sistema, esperando que el mismo SIVAINVI lo acepte y que siendo un error de lectura, lo reconozcan como uno de sus tantos hijos.


-Quiero volver a entrar en el recuerdo – Soltó un día, que era el día presente, dentro de Fénix.

- Entonces debes escribir un libro. - Dijo el piloto.


Se encontraba lejos de casa, debía esforzarse.

A medida que mas miraba el tablero de mando, mas se disociaba de su concepción de imagen. ¿Cómo puedo hacer para entender la programación de este lenguaje?, se preguntó.

Arrancaba los días con un temblor en su cuerpo. Si pasaba dos o mas días sin hacer una practica de meditación, su mente se disociaba y caía en las repeticiones instauradas. ¿Era esa la única forma de mantenerse estable en un presente que abarcaba todos los tiempos?. El origen y el final, ¿Qué son?. A veces, era una sensación que ya no podía soportar. Por miedo o por simple incomodidad, se inyectaba una especie de consciencia orgánica. Una conexión con las raíces originarias de Terra.

Había dentro de él, algo, que quería salir fuera, constantemente. Pero él, por alguna desconocida razón, todavía lo mantenía cautivo. No sabia como soltar la expresión; El Código.


Ubik… Tenes que escuchar esas voces que estas callando “ Le decía su terapeuta cuando aún recorría las calles de Terra.

- En mi, hay una lucha de muchas voces. ¿A cual debo escuchar?. - Le preguntaba el paciente.

Tenes que ser fiel a vos mismo”, le contestaba. Aquella, era una voz que parecía sonar en los altos parlantes de su mente.


Boom!- Sonó de golpe. Tronó la primer bomba de la mañana.

Me desperté sobresaltado ,miré el reloj. Eran en efecto las 7 am. Estaban detonando los explosivos matutinos que desprendían la nieve de la capa superior en el cerro.

Al igual que los perros, las aves y los gatos de mi ciudad. Odiaba las bombas y a la misma vez, me aterraban.

¿Cómo había podido años atrás haber ingresado y colaborado con la entrada de aquel parque nefasto?, me pregunté. Era una excusa del poder que legislaba la tierra, que la delimitaba para extraer al máximo sus recursos y ahora encima, le ponían un parque de diversiones encima.

- Vengan todos! Pasen y vean como destruimos la montaña. Mientras toman Cokecola, sáquense una foto y reproduzcan sus códigos junto a nosotros. Vengan, no sean tímidos . - Decían las propagandas que habían sido registradas en mis archivos de la memoria.
Claramente no lo decían de esa forma. Los medios de comunicación que estaban perfectamente diseñados para editar y corregir los códigos, modificaban y actualizaban los datos para que su proceso sea de una forma cautelosa y escondida.


-En mis tiempos, masticábamos hojas. Ahora, masticamos chicle. Bazooka. - Decia la voz de la radio.


Bazooka, en aquel momento, era una empresa de golosinas explosivas. Era una especie de sustancia licérgica, que se le otorgaba a los niños en cantidades sin medida para censurar y detener el funcionamiento de la glándula pineal.

El exceso de azúcar, era similar a la exposición repentina de una luz artificial. Masticar chicle, era detener los ciclos naturales del cuerpo mediante una luz artificial. Los registros internos del cuerpo se desvinculaban y se corrían de su curso original y natural. Ya no seguían su curso orgánico, ahora, eran químicos.

Si, en síntesis, eran estrategias de consumo y de control.

Todo era mentira. Nos ocultaban la verdad. En realidad, nos la mostraban pintada de colores artificiales. Era como estar observando un cuadro de lo que era la montaña, mientras la montaña desaparecía en fragmentos de una nube escarlata, detrás de su actual replica. El invento del doble artificial.


Un día, escuche las campanas, luego los tambores. Los presagios del advenimiento.

Nosotros no podíamos verla, la verdad, se ocultaba en frente de nuestras narices. Primero que nada, porque la verdad era dolorosa, significaba tomar distancia y entender que aquellas sustancias con las cuales nos domesticaron, ya no podrían seguir a nuestro lado. Saber que uno es parte de aquella nefasta empresa, era el siguiente estadio. Y cómo si un eslabón mas se presentara, la ultima revelación, indicaba que el piloto de la nave Fénix, no es mas ni menos, que la propia consciencia de nuestra mente. Hokkaidou es una isla inventada por dos hermanos. Dos pintores que sin querer, entre juegos inocentes y corridas de celos, soltaron unas gotas de pintura en el Océano.



Boom! - Volvió a tronar otra vez, la detonación activa del cerro.
- La guerra aún no termina – Dije. Esta vez, me encontraba piloteando la nave Fénix, mientras esquivaba pedazos de roca galáctica que habían sido desprendidos de un montaña totalmente destruida.

Pero era un engaño, no estaba ocurriendo ninguna guerra. Eran los detonadores del Cerro, intentando bajar la nieve para luego aplacarla con las maquinas y así, dejar las pistas preparadas.

-¿No te gusta esquiar ? - Me preguntó el acompañante de la nave, vestido de azul.

- Si. -

- ¿Y entonces? -

- ¿Qué?. - Termine por confesar.
















































Capítulo 4:


La última guerra por preservar las costumbres se estaba por librar.

-¿Cómo llegaste a la nave? - Preguntó uno de los tripulantes. De nuevo, el único que estaba despierto.

-Me inspiraron los ojos de una chica – Contestaba un piloto que vestía ropas extranjeras en su propio país de origen.

-Me gusta tu estilo. - Confesó el pasajero que comenzaba a cambiar de genero.

-Gracias. - Dije. - Me gusta tu estilo también. - agregué

-¿Es una especie de manifiesto por la verdad? - Volvió a interrogar el tripulante que, con un poco de nervios previos al despegue, se acomodaba la ropa con la mano izquierda.

-Algo así. Uno debe ser lo que quiere ser, ¿no? - Contesté.

-Supongo que sí. - Dijo y luego agregó: -Soy Oasis. -

-Un gusto, Ubik. -

Corrían los rumores de que la selección de los viajeros, al final, había sido un engaño. Había sido una propaganda del sistema SIVAINVI, que intentaba convencerlos de que irían a la nueva tierra. Pero la verdad, o al menos lo que se decía en la vieja Tierra, era que iban directo a la línea del conflicto.

-No vamos a pelear, vamos a defendernos. Lo cual es muy diferente. - Afirmó el capitán de la nave- El ataque es una fuerza que se ejerce en una dirección opresiva. La defensa es demostrar la inutilidad de dicha fuerza. Redireccionando. - Continuó agregando.

-¿Por qué estás aquí? - Le pregunté, sintiendo lentamente como mi cuerpo cambiaba de género.

-Vengo a defender a mi espíritu. - Contestó él.

El código había despertado la consciencia de que su espíritu se encontraba dormido en un cuerpo que había abierto los ojos en la otra punta de su origen. ¿Existía algún propósito oculto detrás de esa distancia tan inmensa?

-¿Qué hago yo en este lugar? - Se preguntó Oasis en voz baja. O en otras letras, me pregunté yo misma.

-Nos tocó iniciar la partida acá – Dijo el tercero de todos los viajantes. Que sin darnos cuenta, también estaba despierto - Soy Ubik. - Agregó.

-¿Puedo poner un tema en los parlantes holofónicos? - Preguntó Ubik.

-Sí, pone lo que quieras. - Agregó el piloto del Fénix.

-Está bloqueado. - Dijo aquel que intentaba introducir el código de ingreso, sin lograr que el dispositivo se desbloquee.

-2212 Es la contraseña- Dije con mi nueva voz, con mi nuevo cuerpo.

-¿Por qué le entregas tu contraseña así de sencillamente, desnudándote enfrente de él como si nada? -Preguntó el piloto.

- Es la siempre, la uso para todo. - Agregué como si fuera poco. -Es más… son mis dos números favoritos. El 22 y el 12. Y bueno, si te tengo que contar más, el 21 es el número que me da miedo. Por eso lo oculto en medio del 22, para controlarlo y protegerlo. -

-¿Qué me estás diciendo? - Preguntó el portador de ropas extranjeras.

-Y bueno, sos mi hermana Izanagi. - Soltó el capitán dejando entrever su barba larga.

-¿Quien esta hablando? - Preguntó Ubik.

A medida que la música comenzaba a sonar, a ambientar la situación, los tres pasajeros, continuaron con sus respectivas tareas. Oasis volvió a escribir, Ubik a relatar la historia y Baddas a pilotear la nave. Estaban haciendo la última etapa de la construcción, el último viaje. El capítulo final.

-Necesito agua – Dijo Ubik, con la garganta un poco seca por haber fumado.

-Ahí creo que tengo una botella – Soltó Oasis. Pocos segundos antes de que inicie el momento del entendimiento.
Las imágenes del recuerdo volvían a presentarse en el reflejo vidriado de los ojos del Fénix. Eran como cataratas de momentos que sucedían e invadían el infinito océano oscuro del cosmos. Fumaron de una pipa metálica que había fabricado Camilo, un viejo compañero de trabajo en Terra. La pipa estaba hecha con un tirafondo de 1 pulgada agujereado y con una tuerca en su parte frontal. Los días en la obra se pasaban así. Fumando. Habían días en los cuales llegabas y los encontrabas a los compañeros con sus caños en la boca. ¿Qué más podían hacer?. Hacíamos el trabajo duro, el invierno nos azotaba y nos sacaba ampollas en los dedos de los pies, pero a pesar de todo, ahí estábamos. Levantando una casa, lo cual no era poca cosa. Tardábamos alrededor de 3 a 4 meses en terminarla.

Oasis escribía. Esa noche en la nave, se había dado cuenta de que el arte no es solo una expresión, sino que es también una forma de crear, de compartir.

-Estoy escribiendo el final de mi historia presente. Para que de esa forma, pueda darle comienzo a mi vida del futuro. Quiero hablar de mi vida futura, de quién soy allá, en aquel lugar, viviendo esas cosas que aún están lejos, pero pronto no lo estarán. - Comentaba en voz baja Ubik, mientras miraba mas allá del recuerdo y veía un espacio repleto de planetas, de oportunidades.

"Dont go". Decía el final de la letra del tema: Mamá de Génesis. Aquella era la música que sonaba en el navío. Música de antes, del planeta Tierra.

Ubik volvió así al momento futuro, a los ojos del Fénix que comenzaron a mostrarle algo nuevo. Reflexionando acerca de lo que decía aquella letra. ¿Será que justo me dice eso en el momento que me estoy entregando?, pensé.

Tuvo una revelación. Una aproximación a la verdad. El viaje en la nave había quedado en el olvido de las estrellas. Ahora, se encontraba siguiendo a un mercader que atravesaba las calles de una antigua ciudad. Cruzó un puente de piedra y madera, tallado y esmerilado con las protecciones divinas de los Dioses locales. Dobló en una esquina y comprendió que a quien seguía, no era un mercader, sino que era un antiguo guerrero feudal, un samurái. Se percató de este hecho por la diferencia que tenía este hombre, con respecto al resto de los humanos en su apariencia física. Pero no solo eso, ademas, portaba una espada. Y no era cualquier espada, sino que llevaba en sus manos, la espada de la lluvia de las nubes en racimo; Kusanagi.
De repente, como si de un salto temporal se tratase. Ubik se encontraba de rodillas frente a un templo, arriba de un pequeño descanso de madera, similar a un pasillo, sostenido en piedras talladas. Unos guerreros perfilaban sus cuerpos en silencio, se preparaban.
A simple viste, se podía percibir una aureola que los envolvía. ¿Eran acaso seres Divinos?. Eran en verdad, unos seres que habían evolucionado a partir de otro gen. Un gen que no era el de los Terrestres comunes. Por eso en las fábulas se los personifica de esta forma. Cuerpos mezclados con animales, largos, bellos.
Ubik, que era tan solo un espectador de la gran obra, un observador del recuerdo futuro que se proyectaba a través del vidrio ocular de un Fénix del tiempo. Los vio, colocando sus armaduras relucientes, que eran su propia piel, sus escamas, sus defensas. Puso su ojo en el momento justo, en que cada uno sincrónica mente, sacaba sus garras, sus espadas, que eran sus dedos y sus extremidades. También vislumbro, lo que parecían ser, las confesiones de unas mascaras, el retrato doloroso de unos rostros que eran los verdaderos y cobraban vida, una vez que estaban colocados en el cuerpo.

-Por favor, permitanme ser un samurái. - Solté, en medio del silencio del templo. Todos me miraron.

-¿Tú quieres ser un guerrero y usar armadura y espada? - Preguntó uno que se cruzaba una especie de tela por el pecho y tiraba de la misma con los dientes para ajustarla.

-Sí. - Contesté.

-Mírenlo, este pequeño quiere ser un guerrero. - Comentó. Y los demás presentes comenzaron a reírse. Jamás lo miraron a los ojos y nunca dejaron de alistarse con lentitud y elegancia. Los escalones que nos separaban parecieron alargarse y convertirse en escaleras. Su alféizar se elevó y el suelo en el que me encontraba se achicó. Eran enormes, eran fuertes, eran bellos.

-Quiero pelear a su lado. - Confesé, haciendo una reverencia contra el suelo.

-Estas equivocado. Nosotros no vamos a pelear. Esto no es mas que la representación de algo mas grande. - Dijo el primero que había hablado. Su rostro no se inmutó. Era una mascara, de madera, con cuernos y colmillos.

Pensé en la idea de Tsu Zu”, capturar el ejército armado del enemigo es mejor que derrotarlo. Debía capturar a mis propios demonios, derrotarlos.

Habíamos perdido la guerra hace años. Sólo que aún, no lo asimilamos. Nuestra cultura ha desaparecido y con ella, la intromisión de los vencedores que nos dominan. Trabajamos para extraer recursos sagrados, como el agua, los minerales, los frutos, los cereales, el tiempo, para que luego se lo lleven y lo exporten en grandes naves, encapsulados en paquetes.


Pasó por mi mente la idea de la mitología que nos rescató del gran diluvio. Era imposible el mito del arca de Noé. No del arca en sí, pero la idea de transportar la división de la especie, el género femenino y el masculino. Aquellos eran los establecimientos que demandaban una separación. La verdad, era que lo único que habían hecho era transportar los genes. Un gen de cada especie.

Y aquí estábamos, llevando el vuelo del último ave, el Fénix. Dentro, los huevos y el micelio esperan a ser germinados y ovulados.


-Capitán. Necesito saber la verdad. ¿Es posible la vida en el planeta SRXB12? - Preguntó el pasajero de azul.

- No existe tal planeta- Respondió el viejo.

- ¿Y entonces a donde estamos yendo? -

- A ningún lado. Somos una farsa, una ilusión, la esperanza de una fe que el mundo perdió. No somos mas que una invención de SIVAINVI.-

Luego de una pausa para una respiración profunda, agregó:
-Nuestro tiempo de vida es corto. Y las distancias planetarias son inmensas. La criogenización es una farsa. Nosotros moriremos pronto. Lo único que perdurara, serán los bancos de genes que tenemos en la nave. Una especie de semillas que debo soltar en la parte mas alejada del planeta Terra, con la esperanza de que en algún momento, aquellas semillas caigan en tierra optima y puedan germinar. Nuestra consciencia es un código que esperara aquel propicio momento. - Terminó por confesar el piloto. Su rostro se reflejaba en lo oscuro de un vidrio cósmico. Y la mascará que llevaba puesta, era disipada lentamente, como pétalos secos de un viejo manzano.






















Capítulo 5:


Compañero de trabajo


- Dónde dijiste que trabajabas? -

- En la planta purificadora de una reserva natural de agua mineral protegida. -

- ¿Que… ? -

-En la planta purificadora de una reserva natural de agua mineral protegida. -

No podía entender el código especifico del trabajo que me estaba queriendo nombrar.,

-¿Sabes que pasa? . Estamos en el mismo tiempo, pero yo soy del futuro. Los códigos lingüísticos que maneja mi lenguaje te parecen muy sofisticados de entender. Y lo comprendo. Tu procesador mental es antiguo y los datos se escapan porque la velocidad con la que elaboras la información, aún, no es tan veloz. Pero no te preocupes. Pronto te actualizaran. Estos ya no son tiempos modernos, son tiempos aumentados. -

-¿Que decís?. Yo no quiero que me actualicen. -

- Pero tarde o temprano tenes que hacerlo . El mundo sigue girando a una velocidad que aumenta variablemente con respecto al tiempo. Si no te actualizas, pronto quedaras en desuso, seras obsoleto, lento. -

- Es que no entiendo de que me estas hablando. -

- Mira. ¿Así que sos escritor, verdad?. Solamente asegurate de tomar el registro lo mas certeramente posible. Lo que estas haciendo es poner el cebo en la carnada. El gran pez aún no ha llegado. Volvé a tu casa, date una ducha con agua tibia, preparate un té, prende un sahumerio , agarra la computadora y escribí.-

Aquel compañero nuevo de trabajo describía casi perfectamente mi rutina nocturna. Al menos, la que estaba queriendo incorporar como hábito.

- ¿Cual es tu nombre? -

- No importa mi nombre. Eso solo sera un dato con mucha información en tu mente. Todavía no sabes como eliminar datos almacenados, por ende, cargaras con el peso de más y te costará encontrar la forma de expandir tu memoria. -

- Me estas hablando como si fuese una maquina, ¿te das cuenta? -

- ¿ Y porque pensás que no lo sos? -

- Claramente no soy una maquina. Mirame, soy de carne y hueso, de sangre y venas. Soy un humano, tengo consciencia y puedo tomar decisiones por mi mismo. -

- Ubik. Por dios… - Soltó, con decepción en el tono de voz

- Explicame porque creerías que soy una maquina. En todo caso, vos también lo serias.-

- Yo soy una maquina. -

-Me estoy cansando de hablar con vos. Nada de lo que decís tiene un sentido lógico. -

-Tenes que tener paciencia. El conocimiento y la verdad son propias de nuestra naturaleza. En cualquier momento te llegará la información y lo comprenderás. -

Cuando dijo aquello, volví a mirarlo. Ésta vez prestando mas atención a los detalles con los que me hablaba.

- ¿Puedes decirme algo mas? - Pregunté, ahora, curioso.

- Si, claro. Vení, vamos afuera. Acá pueden escucharnos y des-programarnos rápidamente. -

Quise preguntarle por quienes. Pero sentí que aquello seria un cliché muy grande, así que no lo hice. Lo seguí hasta el patio trasero del edificio de la compañía.


-Tenes que seguir escribiendo. - Anunció

-¿Para que?… no tiene sentido lo que estoy haciendo. Nadie lee mis historias, ni siquiera yo mismo. Una vez que las escribo y las corrijo, las abandono. -

-Es que no tiene nada que ver la fama de ser escritor con ser realmente un escritor. ¿Lo entendés?-

Podía intuir de que me estaba hablando, pero debía seguir indagando en aquella revelación que me estaban dando.

-Tu misión es escribir lo que ves. Es un gran don, no dejes que se desperdicie. En tus palabras se esconden los códigos que has heredado y ahora, es tu misión transmitirlos. -

-Espero no haber heredado nada de mis padres. - Solté con rabia.

- No digas boludeces. Sabes muy bien que tus viejos hicieron lo mejor que pudieron con la vida que tuvieron. -

- A veces pienso que no, que podrían haberse esforzado un poco mas. -

- ¿Y que sabes cuanto se esforzaron ? -

- No, no tengo idea. Pero no tuve una infancia en la cual sienta que haya sido buena gracias a ellos. -

- El mundo es salvaje Ubik. No lo olvides. -

Sentía que cada terminación que me daba, tenia un verdadero sentido relacionado con mis vivencias.

- En fin. Continua escribiendo. Pronto llegarán tus compañeros de era y juntos, dejaran las huellas de lo venidero. -

- Yo no se si quiero que suceda todo lo que escribo. -

- Todo sucede y todo sucederá. Los procesos y los tiempos de comienzo y final ya fueron establecidos hace centenas de milenios. El mundo es un desglose de códigos. Pensalo de esta forma; Al principio, nada. Luego, luz.

La luz viaja a una velocidad increíblemente veloz, en su movimiento produce una linea, una dirección. De ella, surgen las 8 posibles direcciones y sus derivadas. ¿Me seguís? . Las dimensiones toman forma, perspectiva.

Ahí, comienza la cueva, el espacio. Lo interior y lo exterior. El movimiento deviene en figuras, algunas pequeñas y otras mas grandes. Las variables anteriores también coexisten, no te olvides. Se juntan y se reproducen entre ellas, cuerpo, piel, agua, rocas . Fricciones, sonidos, texturas; Colores. Aquí estamos, en ese punto de la historia. Viviendo la expansión infinita con su pasado infinito. -

- Para, no me podes estar diciendo esto . ¿Y después que pasa? . -

- Después… Bueno. Después no sucede nada. No hay un después. -

Me miró mientras sacaba un cigarrillo electrónico de su camisa. Sus cejas estaban un poco levantadas y mientras lo encendía apretando el botón del artefacto, me dijo:

-Tengo que irme. -

-Espera . - Solté con temor.

- ¿Vas a volver mañana al trabajo ? -

- Ubik. No existe un mañana. -

Apagó el cigarrillo con el mismo botón. Lo volvió a guardar en su camisa y agregó:

- Mañana vendrán por vos. No te lo digo para que te asustes. Pero si para que entiendas que tenes una misión que cumplir. Pronto sera tu cumpleaños numero 33. Cuando eso suceda, recuerda mi rostro. O al menos, lo que tu sentido de la vista comprenda por tal. -

- ¿Estas diciendo que nuestros sentidos ven el mundo diferente? -

- Si. Y no lo solo eso. Cuando puedas limpiar tu mente de los virus que tenes insertados en tu sistema, lo comprenderás. Mientras, tenes que seguir esforzándote. El cuerpo es una maquina que si la trabajas, se acostumbra y aprende. La mente funciona de la misma forma. Cuando mañana te busquen, es menester que tengas todo listo para partir. ¿Okey? . - Me señaló y luego volteó, se alejó por unas escaleras de cemento blanco.

A lo lejos, los autos pasaban y los ecos de sus motores eran lo único que se quedaba en mi recuerdo. Una explosión originaria del primer sonido.

Pensé que ese seria mi último día de trabajo en Terra. Pero como siempre terminan sucediendo las cosas, nunca nadie me vino a buscar y la espera, se hizo eterna.




Capítulo 6:


El teléfono sonó varias veces de golpe. Estaba durmiendo y su vibración constante me despertó. ¿Quien me escribe tanto a esta hora?, me pregunté.

“ Las ventas de tu libro se han acrecentado un 12% .” Decia la pantalla de una tabla negra, rectangular.

-Me chupa un huevo cuanto se venda mi libro. - Solté enojado. Hace mucho tiempo que no lo estaba.

Ahora estaba despierto, en medio de la noche, eran las 3:45 de la mañana. Al día siguiente tenia que madrugar para ir a la empresa. Íbamos a levantar la estructura y los cimientos de la base, de lo que seria un futuro hogar moderno.

“Idea” Era una empresa muy conocida que se dedicaba a vender proyectos de hogares. Vendían un producto que podía ensamblarse a la programación mental de los sueños y así, crear un algoritmo que descifre y diseñe tu casa soñada.

Desactive las notificaciones, puse el teléfono en modo avión y volví a acostarme.

Cuando pensé que estaba por pegar un ojo y dormirme. El teléfono volvió a vibrar.

- Imposible! - Dije con fuerza y me levante con furia.

Vi la pantalla con una luminosidad fastidiosa me impedían leer con claridad.

Me había llegado un mensaje de Alfonso. Aquel hombre que trabajaba en la planta de agua potable. El mismo que me había devuelto la fe y la esperanza en algo mayor. El sueño se me curo al instante .


Querido Ubik.

Espero encontrarte bien. Disculpa el haberte levantado de la cama a tan altas horas de la noche.

El motivo de mi mensaje es una simple encriptacion de código abierto, una apertura de tus canales, al momento de abrir este mensaje, tu memoria y el habla de SIVAINVI se corresponderán para que puedan encontrarte las futuras visitas. Si no me equivoco; Ahora, deberían tocarte la puerta.


Tock, tock! - Se escuchó en la entrada principal.


Me levante con temor. ¿Quien venia a visitarme? . Dedo confesar que un miedo atroz me invadió. Lo desconocido siempre nos aterra. A medida que me acercaba, el frio del suelo bajo las plantas de mis pies se acrecentaba. El tamaño de la puerta se agrandaba frente a mis ojos. Parecía una garganta hambrienta, un ser cuadrado y de madera que estaba próximo a devorarme.

Tomé el picaporte, quise abrir y sentí que estaba con llave. ¿Había cerrado? , no lo recordaba.

-¿Quien es? - Pregunté.

- Soy yo – Contestó del otro lado una voz. ¿Era acaso la voz de mi viejo?. ¿Qué hacia mi padre en mi departamento a esta hora?. Seguramente estaba borracho, de seguro se había quedado sin plata para pagar el taxi y venia a dormir a casa. Odiaba cuando pasaba eso. No me dejaba pegar un ojo en toda la noche, se pondría a hablar de sus paranoias, de sus encuentros con la banda, de los planes ocultos que la sociedad nos encriptaba. Al día siguiente, o mejor dicho, en un par de horas, no tendría ganas ni fuerzas para ir al trabajo. Lo peor de todo es que debería ir igual, con mal humor, enojado, pensando en el porque de todas las situaciones dolorosas que nos suceden en la vida.

Gire la llave y abrí.

Me invadió un hueco oscuro, una densidad opaca que absorbía la luz que salia de mi departamento.
La deje pasar. Siempre lo había hecho. La única vez que me atreví a escaparme del oscuro recuerdo de mi pasado, fue cuando cumplí los 18 años. Realice un intento de vuelo de Fénix, una liberación y una transmutación a través de los vidrios de una ventana. Lo cual, lo único que terminó causando, fue la internación y varios cortes con heridas graves. El tiempo paso, la densa brea negra fue desapareciendo de mi vida. Sin embargo, de vez en cuando, volvía. Era mi sombra, era mi enemigo, la mascara de un demonio; Hannya.


-¿Qué querés? - Le pregunté.

- ¿Es esa la forma de recibir a tu padre? - Contestó.

-Me tenes las bolas por el piso… Las únicas visitas que recibo de tu parte son cuando estas así, borracho. -

-Al menos te vengo a ver. Mi viejo nunca me fue a visitar. -

-Menos mal. -

-Bueno, si no me querés ver me voy. - soltó con un ademan y un revoleo de brazos.

-No seas boludo. Pasa. - Dije


El insomnio se había hecho frecuente. La pantalla del celular siempre indicaba la misma hora 3:30…
¿Que pasa que no puedo dormir mas?.

Esa noche. Mientras mi viejo dormía en el sillón y yo lo escuchaba roncar. Mi departamento olía a cerveza barata, el ambiente palpitaba en dolor. Y por fin, después de tantos años, logré soltar unas lagrimas en la almohada. Rece; ¿A quien?. No tenia idea. A cualquier cosa, a cualquier ser. Tuve miedo de que mi vida sea cíclica por siempre. Pedí que por favor el rumbo de mis vivencias cambie. Y cuando estuve a punto de creer que nadie me escucharía, recordé el mensaje que me había llegado. Intenté buscarlo nuevamente, pero había desaparecido. ¿Fue real?.
Esa noche, decidí que Alfonso había sido mi enviado, me estaba poniendo a prueba. Así que me senté, saque un viejo cuaderno de caligrafía japonesa y me puse a escribir.

Fue en ese momento en el cual me convertí en el capitán Baddas.
































Capítulo 7:


Te observaba. ¿Existía la forma de poder contarte la verdad?.

Mientras nuestros ojos, o nuestras miradas se cruzaban. No podía dejar de pensar en esa idea.


Quisiera contarte todo lo que he visto” – Aquello parecía ser el propósito de mi vida.

Tenia la esperanza depositada en que me entenderías. Como si de una visión se tratase y a través de mis palabras, pudieras ver todas las guerras planetarias que había presenciado, todas las migraciones de la humanidad, los nuevos intentos de comienzo, las desesperaciones y el comienzo de la fe, de la creencia en una esperanza mayor.

Yo he vivido la batalla entre Nexus y la Mujer.” Quería confesarte, pero aquello era demasiado. ¿Con que necesidad ella debería saber que esas cosas existían?, reconocí en mi mente.

Sentía un fuerte acompañamiento, un cariño que había olvidado. Quizás los últimos recuerdos que me quedan de mi vida como humano, eran un poco tristes y amargos. Pero aún, mientras manejo la nave Fénix 001. No pierdo la esperanza que tengo, de poder crear, nuevos y posibles mundos habitables. He aprendido, que es lo que no quiero volver a vivir, ahora, tengo las herramientas para crear nuevos comienzos y nuevos finales.


-Le tengo un poco de miedo al verano. - Termine por confesar.

-¿Que te aterra? - Pronunciaron tus labios.

Era imposible no querer devorarlos, lamerlos. ¿De donde me surgían estas sensaciones?.

Sentía que el cosmos infinito por donde navegaba, lentamente se iba disolviendo. Como si fuesen los limites de una carretera a punto de desparecer, lo único que deseaba, era hacerte el amor debajo de las estrellas.

-Esta es la máquina del tiempo. - Solté, como queriendo cambiar de tema mientras le daba unas palmadas a la chapa de la vieja camioneta blanca.

Luego de un silencio y una mirada de presencia, la cual me compartiste, terminé por agregar:
-Creo que mi miedo mas grande es el de irme. El de sentir que no queda esperanza en el viejo mundo para mi, al menos, para mis sueños. -

-¿Cuales son tus sueños? - Preguntaste.

-Sueño con una revolución. Una evolución de consciencia. -

-Pero eso quizás ya está sucediendo. ¿No lo pensaste? . -

-¿Vas a esperar a que regrese de mi viaje? - Le pregunté, mientras manejaba aquella Camioneta vieja, o lo que habíamos llamado, “La máquina del tiempo”.

-Yo voy a continuar viviendo. - Confesaste con una sonrisa en el rostro.

Aquello era verdad, la vida continuaba. Nadie sabia cuanto tiempo me iría, si quiera se sabia si era posible mi vida en aquel planeta nuevo. Pero el tiempo había pasado, la esperanza en la posibilidad de encontrar un lugar que sea apto para una nueva vida, mas sensible, mas amorosa; Estaba puesta en mis manos. Tenia que decidir.

Ahora, me encontraba arriba de la nave. Había esperado toda una vida con el propósito de viajar al mundo exterior. Y aunque soñé a diario con vos, quería dejarte ser.

Tu imagen flotaba como un sueño de espuma, o de humo, en la lejanía de un espacio proyectado en el parabrisas. Yo te observaba, entera, completamente desnuda en mi mente. Una imagen de lunares y rulos dorados. ¿Cómo es posible que existas?, pensé.

Todo lo que dilucidaba, se caía cuando sentía la presencia fuerte de la antena. Una vibración producida por SIVAINVI, era la principal fuente de alimentación de la nave y no solo eso, era el único puente de conexión que existía entre Terra y la nave Fénix.


SIVAINVI, dejame en paz!” Quería gritarle, pero no podía. Pensé que te asustarías si comenzaba a gritar como loco. En mis espaldas existía una fila inmensa de pasajeros, un container de cargas auto-impuestas, por no haber aprendido a pilotear con anterioridad.


Capítulo 8:

En una oportunidad, porque no puedo decir una noche. Tuve un sueño en medio del viaje.

Desperté en lo que eran unas instalaciones enormes, una especie de construcción monumental, moderna. Me encontré de golpe con un ser con cara triangular, con cuerpo geométrico. Me dijo que se llamaba Euclides. Terminó por confesarme que su cuerpo era la representación propia de la materia gris, la cual conforma las tres cuartas partes de todo el universo.

¿Y la cuarta, que la conforma?, me atreví a preguntarle.
Bueno, principalmente esta conformada por una nave metálica, un pasajero que busca la verdad de su existencia en su interior, un gato, un árbol, alguna montaña que quedó en el recuerdo, los lagos extintos, el sabor de un mate lavado, un viejo libro, creo que un zapato y los ojos de un amor. En ese orden está conformada la cuarta parte del universo.


Me confesó ademas que, esa interferencia que habíamos captado, no era un error, sino que era una alteración de la honda producida por un satélite que llevaba su nombre. SIVAINVI, no había podido interceptar la señal expansiva del universo, es decir, de mi mismo, o de Euclides. Y había intentado traducir de alguna forma extraña, como si fuese la lectura estructurada de un papíro antiguo, la formula, que venia en señal encriptada y viajaba en forma de honda.


¿Ubik, porque decidiste ser piloto?.
Desde chico había soñado con ser astronauta. Aquel sueño que nos había vendido el nuevo sistema capitalista, se había apoderado e incluso, había conquistado a todos mis otros posibles sueños. Desde aquel momento, quedé maldito. Infectado por un virus externo que se había apoderado de nuestra sociedad entera. Ahora, la mercantilización de las cosas, la explotación del estudio y de los trabajos, eran los nuevos índices que se establecían en un mercado inexistente. La bolsa de valores actuaba según tus rendimientos diarios. Debías demostrar a cada instante que, lo que estabas haciendo, era productivo y favorecía a tus ganancias. Si no lo hacías, quedabas fuera de la carrera espacial. ¿No te parece una locura… Carrera?. Nos hicieron competir toda la infancia. Me robaron mi niñes, ¿Podes entender eso?.
Ahora tengo el grado mas alto en la ingeniería naval. ¿Y de que me sirve?,Me pregunto.

Quiero confesar que soy un intruso. Si he llegado hasta este lugar del espacio, es porque he aprendido a encontrar las grietas del universo, los agujeros por donde mi nave podría dar grandes saltos y acercarse mas a mi propio destino. ¿Era el planeta SRSXB12 el destino final?. Ya lo había dicho antes, todo era un invento, nada de todo lo que estoy haciendo es real. Salvo, escribir. Relatar mi historia, mi viaje.

Escuche el lenguaje oculto del habla, las palabras claves que eran los códigos de apertura, de puertas, de planetas, de personas. Me infiltre con cuentas falsificadas, alteradas genéticamente. Invente falsos balances en cuentas bancarias, alteré estudios médicos, modifique mi pasaporte e incluso, cambie fechas de expiración. ¿Con que motivo me arriesgue tanto en esta vida?. Solamente la fe verdadera en algo mas grande me inspiró.
Al fin de cuentas, no soy mas que un pasajero en esta nave, volviendo a Terra; Mi casa.



-Capitán, necesito saber la verdad. ¿De que estábamos escapando en Terra?. -
-La verdad es siempre subjetiva. - Contestó aquel que estaba a cargo de la nave Fénix, sin desviar su mirada del cosmos infinito.

-Lo único subjetivo acá, a mi juicio, es que nosotros estamos completamente entregados en nuestra fe a la la nueva posibilidad de perpetuar la vida en otro planeta, mientras que usted, no. -
-¿Acaso están queriendo discutir conmigo?. -

-Quizás, pero lo único que realmente queremos, y creo que asumo la palabra de todos los que están a bordo. Es que piense muy sobre el regreso al planeta Tierra. -

-En cuanto a mi decisión, al único que siempre escuche, es a vos. Los demás aun están presos de sus sueños y la consciencia no les ha abordado. Al menos no para contradecir mis decisiones. -

-Entonces mi deber es hablar por ellos . -

-Pienso que estas equivocado Ubik. Todos somos pasajeros dentro del Fénix. Y cada uno se despierta a su propio tiempo. La consciencia es un elemento raro en los humanos. Duerme, quizás, la mayor cantidad de tiempo de nuestra existencia. Y un día, de golpe, despierta. -

-Se supone que SIVAINVI te contrato para llevarnos. Es decir, que los pasajeros somos nosotros. Usted es el capitán. Creo que esta confundiendo las cosas. -

-Eso… Es subjetivo . - Soltó el capitán, ahora, mirándolo a los ojos, al pasajero azul.

El rostro de aquel sujeto portaba una mascara. Ahí estaba, la sombra que me había perseguido toda la vida. Jamas podría librarme de ella, por lo contrario, debería aprender a llevarla conmigo, en mi interior.










































Capítulo 9:

En el espacio nevaba. O al menos, una simulación alterada de la realidad, hacia que nevase. Lo mas probable era que aquel efecto se debiese al movimiento de la nave, una mera ilusión óptica. Sin embargo, en mi mente, la imagen de los copos, no dejaba de repetirse. Era una especie de recuerdo nostálgico de mi antiguo mundo. Había pasado un periodo muy largo, ya era tarde como para volver en el tiempo secular de la memoria. Las imágenes de los recuerdos de quien era, se entremezclaban con aquellos que me habían inculcado ser. ¿Soy el piloto o soy el maldito pasajero?. Prefiero ser el pasajero, terminé por afirmar. Al menos así, mi condena seria menor. ¿Quien me culparía?, me pregunté. Le temía a la idea de ser juzgado por mí mismo, aquello seria terrible. Haber permitido el manejo de mi consciencia y haber dirigido mi cuerpo físico al exterior, era terriblemente perturbador. Aquello era similar a haber abandonado realmente mi fe. Por eso prefería no ser el piloto, anhelaba ser aquel pasajero que se movía solamente por la creencia en una esperanza lejana, en algo. Aunque aquella idea era inexistente, el pasajero azul, intentaba buscar una esperanza.


El ciclo comienza de nuevo, la nave, aun no ha despegado. De hecho, puede que nunca lo haya hecho y quizás nunca lo haga. ¿Se mueve realmente el universo? ¿O es mi idea, la que crea la rotación del tiempo?



































Capítulo 10:


La nave permanece en una suerte de suspensión temporal, entre el potencial de despegar y la incertidumbre de quedarse anclada en el presente. Ubik, Oasis y Baddas se encuentran inmersos en una discusión metafísica, debatiendo la naturaleza de la realidad que les rodea.
Las voces se entrelazan como hilos de una madeja cósmica, resonando en la cabina. Ubik, con una mirada reflexiva, se da cuenta de que quizás la verdad no resida en la certeza absoluta, sino en la exploración continua de las posibilidades. Se dirige a los demás con una sonrisa enigmática: -"Quizás, en este rincón olvidado del universo, la realidad y la imaginación son uno solo. Tal vez el acto de buscar sea la esencia misma de nuestro viaje. ¿Quiénes somos para definir la frontera entre lo real y lo concebido? En este limbo entre el despegue y la quietud, encontramos la verdadera esencia de nuestra existencia." -
Oasis, asiente, con sus palabras danzando en el aire como notas de una melodía sin fin.
Baddas, con su barba centelleante, se sume en sus propios pensamientos, mientras las luces intermitentes de la cabina crean un escenario surrealista.
La radio empieza a transmitir la voz de la niña, repitiendo sus palabras familiares sobre cuidar la tierra. La voz, ahora, toma un matiz distinto, como si sus mensajes fueran portadores de una verdad más profunda.
"En la búsqueda de lo desconocido, descubrimos nuestra propia capacidad para crear realidades. La nave, la historia, nuestras identidades, todo es parte de un tejido cósmico que creamos con cada pensamiento y acción. Tal vez, el despegue no sea un evento físico, sino la realización de que somos arquitectos de nuestro propio destino."

El silencio se apodera de la nave mientras las palabras se desvanecen.

En este silencio profundo, la realidad misma parecía vibrar con una resonancia cósmica. La nave, en su suspensión, se convierte en un reflejo de las preguntas sin respuesta, un lienzo en blanco en el que los viajeros contemplan el significado de su travesía.
Ubik, con sus ojos fijos en el universo frente a ellos, susurra: "Somos forjadores de mundos, creadores de destinos. Nuestra búsqueda es el hilo que teje las posibilidades, y en este momento, estamos en la encrucijada de nuestras propias narrativas. ¿Qué elige cada uno de nosotros en este vasto lienzo cósmico?"
Oasis, con una expresión serena, agrega: "Cada palabra que escribimos, cada elección que hacemos, es una chispa que enciende un rincón del universo. Somos artistas en un lienzo sin fin, exploradores de nuestra propia creación. La niña nos recuerda que la tierra, la realidad que conocemos, es nuestra responsabilidad, nuestro lienzo compartido."
Baddas, con su barba resplandeciente, se sumerge en sus propios pensamientos antes de hablar: "La realidad y la imaginación, entrelazadas en un baile eterno. Tal vez, la verdadera nave no está fuera, sino dentro de nosotros, en nuestra capacidad de explorar, de cuestionar, de imaginar. Quizás el despegue sea la aceptación de que somos navegantes en el vasto océano de la posibilidad."

Las luces intermitentes de la cabina parpadean en armonía con las palabras, creando un espectáculo de luces que se reflejan en los ojos de los viajeros. La radio, aún transmitiendo la voz de la niña, parece fusionarse con el susurro del viento cósmico.

"En este instante, somos creadores conscientes. No hay despegue ni quietud, solo el flujo constante de nuestra propia narrativa", reflexiona Ubik, con una sonrisa que revela la aceptación de la incertidumbre.

La niña, a través de la radio, pronuncia las últimas palabras:
-"Cuidemos la tierra, cuidemos las plantitas, los animales y las personas. Pero también, cuidemos nuestras mentes y nuestros sueños, porque en la vastedad del cosmos, somos arquitectos de realidades aún por descubrir." -

El lienzo cósmico se extiende ante ellos, y en este momento de epifanía, los viajeros comprenden que la verdadera travesía, está en la continua exploración de lo desconocido, en la creación de sus propias historias por el vasto tapiz del universo.

La nave, envuelta en la misteriosa suspensión temporal, es ahora, un símbolo de la eterna búsqueda sempiterna.

























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