El quinto elemento.

 


                      (Los 5 elementos; Los símbolos, los chakras; La composición de la Stupa.)


 El encuentro ya estaba preestablecido. Los 4 amigos se encontrarían en un pequeño morrito alejado de la ciudad, con vista al lago, uno de los lagos mas inmensos de la superficie terrestre; Casi, que aquella interminable franja de agua se perdía en el horizonte. Cuentan que cientos de miles de años atrás, el humano, no tan “Evolucionado” , había surcado aquellas aguas solamente con su valentía. Se pensaba que era el océano, pero luego, mas tarde, descubrieron que sus limitaciones infinitas a la vista, desembocaban en unas especies de rocas volcánicas, en cavernas que se erguían desde las profundidades y se elevaban por lo alto del cielo. Hoy, se conoce este lugar como el Lago Monocromático, adjetivo designado básicamente por tu color Azul de Prusia.

Aquel nombre tan peculiar, no resulta extraño, debido a que la atmosfera terrestre, últimamente estaba infectada por una intoxicación de Cesio Radioactivo. Los desastres que habían acarreado las plantas nucleares en las últimas décadas de la era “Tecnológica”, aún seguían persistentes y con gran fuerza se hacían notar. Aquello era el factor principal de la perdida de conocimiento en los habitantes de la tierra. Claro está, que los efectos variaban según la resistencia de cada individuo. Pero a gran escala, la falta de sentido en la lógica, el desmedido movimiento irrazonable y la acción des natural, habían conducido a que la sociedad se comportara de manera estúpida hacia su propia autodestrucción; Hacia su pérdida de espiritualidad, hacia el olvido eterno.

En los últimos años, gracias a algunos avances en la posibilidad de la construcción de estructuras, se instalaron edificios, puentes, grandes patios comunales, hospitales, oficinas de encargo, despachos de trabajo, granjas sustentables, jardines, escuelas, museos y una serie mas de lugares desplegables y transportables. Gran parte de los mismos flotaban sobre el extenso Lago Monocromático, la otra parte, se anclaba con estructurales arquetípicos de la era, sobre las grandes rocas de las cavernas.

Allí, la nueva y ultima sociedad de la tierra, pasaba sus días. Intentaba sobrevivir en un esfuerzo descomunal y con gran dificultad. Fuera, en el exterior, más allá de las grandes montañas, se decía que la naturaleza se había vuelto realmente salvaje, que había cobrado vida o mejor dicho, había encontrado la consciencia de la vida, tomando así, las riendas de su camino.

Los cuatro amigos, que se habían conocido y habían hecho un vinculo preexistente en los confines del núcleo celular. Habían encarnado casi al mismo tiempo en esta era. Por coincidente, no se llevaban gran diferencia de edad. Ellos comprendían la importancia de su eterna unión, al igual que las antiguas escrituras hindúes, que habían logrado permanecer en el tiempo espacial, sostenidas por su enlace espiritual con todos los seres. Aquellos amigos, eran la manifestación misma y la demostración de que la antigua sabiduría, aún seguía presente, impermeable en el tiempo.

El clima terrestre, en la actualidad era muy diferente al antaño. Constaba de dos épocas principales, Un verano totalmente sofocante que duraba 150 días, y un invierno abrupto que llegaba de golpe, con frías heladas y copos enormes que lo cubrían todo en un par de horas, también se manifestaba en 150 días. Los restantes 65,25 días sucedían al final. Ya no existía una ligera traspolación de épocas, sino que ahora, se pasaba de un polo directamente a su opuesto y luego, el resto de los días, era la manifestación de la diferencia que aquello generaba.

El invierno había cesado, la fría escarcha que se prolongó todos esos días invernales, desapareció en aquel momento. El sol no estaba, la luna tampoco. No era de día ni de noche. Un momento similar a un limbo sin explicación, un vórtice de horizontes entrecruzados, significados carentes de sentidos; Ya no existía el calor ni el frio.

Los 4 compañeros estaban sentados en forma circular, sobre sus rodillas. En lo alto de aquel pequeño morrito, en donde se podía observar la ciudad con sus luces, con su gente caminando. El agua estaba totalmente detenida, sin oleaje. Inmersos en una meditación profunda, aquel equilibrio era sostenido por aquellos 4 guerreros elementales. El silencio los arropaba, como un manto de seda.

En un momento, alguien se acerco a ellos. Con pasos furtivos y queriendo hacerse notar, rápidamente capto la atención de los 4 elementos naturales, el fuego, el agua, el aire y la tierra.

La ciclotimia del clima variaba y se estremecía. Primero caían rayos, luego una luz inmensa se apoderaba de todo el cielo, mas tarde nevada y luego todo se secaba sofocantemente. Así, continuaba en un sin cesar sostenido en el tiempo presente. Claro estaba, que aquello era producto del nuevo personaje que se acercaba.

-Me llamo Akasha-Pronuncio aquel sujeto, místico en su vestimenta. Luego agregó:

-También me dicen Éter.-

Los 4 amigos se hincaron de un salto en conjunto. Sus rostros dibujaban una multitud de sensaciones entrecruzadas. Boquiabiertos, sin siquiera llegar a producir un sonido, habían entendido el propósito de aquel andariego milenario. Su búsqueda inalcanzable de rencarnaciones en rencarnaciones había llegado, tal vez, por fin, a su última decisión, al último momento.

El místico, dotado de grandes cualidades en su presencia, robusto, con un largo pelaje y con una voz fuerte y concisa, dijo, por último, mientras las cavernas ronroneaban en la lejanía, y el oleaje del Lago Monocromático se ponía furioso.

-Nos este re boludeando el clima loco; ¿qué onda? -

 

Así, cuenta la leyenda que anuncia el final de los tiempos, según los hindúes del pasado. “La revelación de los 5 elementos.” El tiempo final, llego a un deliberado acuerdo.


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